jueves, 17 de mayo de 2007

elogio del fracasado

El elogio del fracasado parte, por supuesto, del fracaso. Uno se engancha a esa condición, aunque no esté de moda; parece que los fracasados estamos en franco declive; hoy se lleva el triunfo, y eso provoca que escondamos nuestra puta miseria en trajes y corbatas y palabras de uso poco común y, por supuesto, en miles de razones ajenas a nuestra voluntad y a nuestro arte, tales como intereses oscuros de enemigos que no vemos pero que están ahí para impedirnos, a nosotros, ¡a nosotros!, el triunfo.
Bien, este escritor pide para sí todo el mérito de su fracaso, para sí y para el arte con el que se enfrenta al nihilismo. Desestructurado y carente de estilo. Pesado, eso también, además de poco imaginativo. Sí, es cierto, y también que no es tan duro saber que jamás te leerán un centenar de personas. ¿Y? Pues nada.

1 comentario:

drfloyd dijo...

si el elogio lo hace un fracasado, entonces no viene al caso. Si lo hace el fracaso mismo, entonces es autopropaganda....y muy justa. Pero antes que todo, qué es el fracaso? Lo contrario del éxito en tanto que salida victoriosa?. Pues viva el fracaso en la escritura, pues lo importante es perderse y la salida es solo casual para mi.