El escritor hace tiempo que no escribe. Se paró en una estación de paso y allí sigue. La travesía iba plácida y rápida; estaba por bordear los últimos muros, los que le impedían ver ya el puerto, a lo lejos y ocurrió lo inesperado. Bueno, no tan inesperado: el bajón siempre acecha. Allí sigue parado, y aunque escribe porque quiere, ahora quiere seguir escribiendo y no puede. La página 50... cometió el error de no llenarla cuanto antes y pasar a la 51, la 52... La página 50, el primer gran segmento, lo atrapó.
Ahora, paciente, espera, aunque bien sabe que la espera puede durar semanas, meses, incluso años. Pero espera, y por eso, tarde o temprano, saldrá de esa maldita página, como el que no quiere la cosa...
lunes, 4 de junio de 2007
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2 comentarios:
asi es la cosa....se deja querer.
Ocurre que a veces me acuerdo de tantas cosas que no logré finalizar y a veces de un texto que no quiere terminarse y mientras más lo obligo, más se esconde... Pero hay que tomarlo por sorpresa y cuando piense que lo has olvidado.
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