domingo, 27 de diciembre de 2009

Agamenón y su porquero

Fuga viene cada vez más a menudo. Antes no tanto. Pero ahora, conforme las cadenas van rebelándose, Fuga es mi mar del sur ligándome más y más al sueño de la huida. No son los parajes que presagia, sino su silencio lo que me embriaga, alejado de las verdades que imperan en mi caverna. ¿Cómo no embriagarse con habitar en un lugar donde "las técnicas descriptivas" sean llamadas, por ejemplo, "descripciones" y las "técnicas explicativas", "explicaciones"? ¿Cómo no anhelar un mundo donde las palabras remitan a objetos, propiedades o acciones y no a laberintos oscuros y alambicados que perpetúan la farsa? La farsa, sí, la mascarada construida merced a un uso interesado de vete tú a saber, que se empeña en perpetuar el dominio

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