martes, 21 de septiembre de 2010

teoría de la ficción autónoma

De nuevo se atascó la historia que narro y que me narra. Otra vez mis personajes no son capaces de hacer nada. Es como si se vieran afectados por mi experiencia con el  hombre de fe que vino de oriente, lo que implicaría que los personajes son sólo una extensión del que los crea y responden a su voluntad. No, me niego a creer que ellos son yo -allá Flaubert con su duplicidad- porque, entonces, no habría lugar para el descubrimiento y las novelas que uno escribe serían meros ejercicios de re-conocimiento. No, hay un saber oculto en las historias de ficción que tiene que ver con el recorrido autónomo del Ser y, por eso, escribir es auto-conocimiento.  

1 comentario:

José L. Solé dijo...

Siempre he creído que los personajes que uno inventa cuando escribe tienen una parte, minúscula o grandota, del autor que los crea. Asímismo creo que corresponde al lector adivinar el porcentaje en cuestión...
Hermoso ejercicio de autoconocimiento el suyo, Sr.Lobo.-