sábado, 27 de abril de 2013

hay que volver a entrar en Troya

Permitió explorar otros paisajes, aquello que hicimos cuando desencantamos el mundo, y las respuestas se multiplicaron. Y estamos todavía como ausentes, desconcertados ante la bacanal de verdades que cada nuevo día refutan verdades de la víspera. Es posible que nuestro tiempo esté saciado de verdad, empachado, y parece que ya no hay argumentos que faculten volver a encantarlo todo: ya no es posible otra vez un "todo" al que adornar con nuevas genealogías y parentescos.
Así que naufragamos cuando los sucesos se incluían en un relato fantástico como ahora, que se incluyen en otro igual de fantasioso. Y lo único que perdura, y lo único que nos explica y que viene del fondo es la literatura, la que entre todos vamos haciendo, a caballo de eso y de lo otro.

lunes, 8 de abril de 2013

proyecto para mis años pasados

¡Las prendas que uno se viste para simular calado, profundidad, enjundia! ¡Las palabras que se desajustan y se oscurecen, no porque lo exija el cifrado de un mensaje sólo para iniciados, sino para parecer lo que no se es ni se será nunca, para cubrir una impostura! Sea esta proclama, esta verdad, esta confesión un primer paso. El segundo me encaminará hacia ese lugar que habitan los que no quieren ya simular nada, o sólo simular que se ama al prójimo y esto por imperativo social.
Por ello, sencillez, simplicidad, concisión y, gota a gota, ir perforando...  

miércoles, 3 de abril de 2013

cómo filosofan, hoy, los que no filosofamos

-También escribo para vérmelas con el tiempo, o mejor, para encontrarme a solas aunque a mi alrededor la algarabía se haya instalado como entorno. A solas conmigo. ¿A experimentar eso que algunos llaman "la presencia", por oposición a "la ausencia", que es eso, dicen, que experimentamos siempre?
Mis contactos con la ausencia están por llegar, les digo, y me ofrecen mis palabras como argumento irrefutable de que mi "yo" y "ausencia" son ya uno. Bien, les digo. Soy ausencia, pero, al menos, no cuando escribo.
Y entonces les pregunto que qué hay de los tránsitos. ¿Qué soy cuando voy de uno a otro?
-Eres ausencia. Punto.

lunes, 25 de marzo de 2013

conocimiento a posteriori, nimio e inverosímil

Escribir es, por ejemplo, escribirse o, mejor, descubrirse, pasado el tiempo, en el despliegue de una historia, de un relato, y de los personajes que aparecieron. Ese escribirse es casual, no buscado, inconsciente. Es la ligazón causal de los aconteceres del relato y las vicisitudes de los personajes lo que, después, nos ofrecerá una panorámica propia.
Hagan la prueba, si han escrito ustedes algo. Hagan la prueba, búsquense en sus creaciones y descubran quiénes fueron cuando las escribieron, si esa nimiedad les resulta interesante, que a mí sí.
NOTA: sólo válido para escritores sin planes previos, para los que escribir sea, como la mayoría de cosas que valen la pena, un encuentro trascendente y sagrado con los azares que nos envuelven y nos circundan y nos albergan y nos trastocan y nos conforman.

jueves, 21 de marzo de 2013

desestupidización como fundamento

"Sin futuro", esa es la sentencia inapelable a la que nos han condenado nuestros deslices con la riqueza derivada, casi unánimamente, de unos tochos que se nos dijo que siempre seguirían al alza. "Sin futuro", nos dicen y, ciertamente, tampoco hace falta que alguien nos lo diga: es evidente que cada día se van tapiando más puertas de ese porvenir mítico y mistérico. "Sólo pasado", nos dicen, pero sólo el pasado de ese pasado feliz que fue bacanal y traca final, una vuelta atrás de treinta, cuarenta años. Bien, me digo yo, que vengo de ahí. Bien, volvamos atrás, quizá podamos reconstruirnos sin la estupidez que esos años de histeria colectiva y consumo pantagruélico nos ha tatuado en los adentros de nuestro cerebro.
Porque, como dijo aquel, crisis, la verdadera crisis, es mirar a tu corazón y descubrir que está vacío, o ante una rosa, el atardecer de un verano, algunos libros, tu pareja o un amigo cerrar los ojos y darte la vuelta, abatido por el miedo a ese "sin futuro", como si alguna vez nosotros, ustedes o yo, lo hubiéramos tenido.

domingo, 3 de marzo de 2013

catálogo de dictadura perdurable

El regalo que nos hizo la edad avanzada del dictador nos hizo creer en el advenimiento definitivo de la victoria. Y sí, parece que vencimos, o al menos a eso señalaba la ampliación de las fronteras de lo posible. Bebimos hasta emborracharnos con palabras que encabezaban los fundamentos de una emancipación ya para siempre y olvidamos que la literatura no construye mundos, como mucho los presenta, como en un supermercado, y que es necesario el sudor de cada uno para levantarlos y, sobretodo, para mantenerlos, para afianzarlos ante los múltiples enemigos que odian el reflejo transfigurado de su propia insignificancia. 
Y es que ahora hemos descubierto que la dictadura no necesita un dictador; le basta con palabrería, alguna que otra comparsa e, imprescindible, con nosotros, todos nosotros.

domingo, 24 de febrero de 2013

un grito de aliento contra la desidia

En las fronteras de la desidia, casi sin aliento para seguir escribiendo la crónica continuada y esporádica de un tal Jordi Lobo, escritor que nació elogiando los discursos del fracaso y la derrota.
El ingenuo creyó que esa era la manera de convertirlos en casi victorias, gozosas para la estirpe de los que alguna vez creyeron oír un sinfín de verdades y alguna que otra mentira. ¿Lo son? ¿No? ¿De ahí la desidia? Qué más da, la batalla sigue, debe seguir, porque quiero, y sea esto un grito de ánimo: ánimo, creador, la nada te teme, y sólo la nada te teme en el desierto de silencio que te rodea.

miércoles, 13 de febrero de 2013

envidia de frase ajena con resignación y punto final

Leí hace poco que la mentira tiene, al menos, una utilidad: definir los confines de la verdad. ¿No les parece potente? ¿No? A mí me suele pasar, no muy a menudo, pero de vez en cuando sucede que leo algo que me cautiva. Suelen ser frases que no se acaban y que al darle vueltas sólo aumentan mi desconcierto.
¿Qué significa que la mentira define los confines de la verdad? No sé, el dibujo de una frontera, quizás, el muro que separa un contrario, el tic tac como dicotomía.
Me cautiva esa frase, qué le voy a hacer, una frase abierta, que no se cierra, que se resiste a cerrarse. Me hubiera gustado escribirla, pero yo nunca, ya no, podré escribir esa frase.  

miércoles, 30 de enero de 2013

principio de fantasía y cobardía, sin la excusa de mi manada

¿No es escribir sobre el fracaso literario, como yo hago -elogiarlo, admirarlo, patentarlo- una manera de soslayar el gran fracaso de una vida asquerosamente conservadora y sumisa ofreciendo el lomo a caricias interesadas, inclinando el dorso ante todo aquel que goza de más trozo en el pastel de las migajas?
¿Dónde se esconde el "NO" que grito obligado a la industria editorial, dónde se esconde cuando despacho mi servidumbre cotidiana?
¿El Jordi  íntegro que aparece intermitentemente en este blog, con la ingenuidad de creerse  compañero inseparable de los que escucharon a Zaratustra, dónde está cuando agacha la cabeza ante esos pobres amos con tan pobres cortijos?

sábado, 19 de enero de 2013

Voluntad, ¡grita!, aunque Kipling se ofenda

Crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis, crisis...
Hace años que no suena otra cosa, en el ágora, en el ascensor, en la taberna, en la oficina, en el andamio, en   las páginas de los nuevos sabios y de los necios de siempre, en la radio... Sólo lamentos, y quejas, y súplicas, y demandas, y lloros, y cubriéndolo todo cobardía, y resignación, y tristeza, y cansancio.
En mi caso, también, crisis de escritura. ¿Cómo no, si eres el primero de los apologetas del desastre?
"Si puedes escribir, cuando no hay nada en ti, ni nada fuera de ti, excepto la voluntad con la que te gritas "escribe"... You're a writer, my friend".

domingo, 30 de diciembre de 2012

érase una vez un pájaro rojo

Me asomo de nuevo, no sé si al abismo o a una simple ventana (uno ya no sabe si su pensamiento vuela o no se alzó jamás del suelo -o lo sabe perfectamente-). Vamos allá: el misterio del Universo se encuentra en un fondo inhóspito donde reina el desconcierto. Habitar ese desconcierto, vivir ese desierto, impávido y con cierta socarronería, es el destino al que uno se entrega si opta por buscar ese misterio. Impávido y socarrón, ¿cómo, si no, vivir en ese deseo sin esperanza?
¡Alto! Alguien dijo que la búsqueda solidifica tarde o temprano en un tesoro que al verse se grita "¡Aleluya!". ¿El misterio del Universo? Bah, palabras, palabras, palabras... Seguimos necesitando cuentos, como cuando éramos niños, pero ya no somos niños.

jueves, 20 de diciembre de 2012

mi reino por la pregunta

Son tantas las ansias de respuesta, tanto el deseo de encontrar sentido en los sucesos que suceden, que vivir se ha convertido en una continua sucesión de anhelos incumplidos. Sólo hay que mirar los rostros de los adultos que nos circundan, y oír el largo lamento en el que andan inmersos; hay que mirarse en el espejo sin cerrar los ojos, y oírse en silencio -queja, queja, queja. Sí, también tú eres un llorante, un suplicante de respuestas...
Habrá que comenzar por el principio, pero ni siquiera somos capaces de preguntarnos "¿Cuál era el principio?" y, mucho más grave, aún llegando a ese ¿cuál?, seríamos incapaces de mantenerlo abierto, siempre abierto, y anhelaríamos darle una respuesta. Es decir, no hay salida, o hay demasiadas salidas.

martes, 4 de diciembre de 2012

todo, absolutamente todo, es mentira

Entregarse sin nauseas a la dosis diaria de hipocresía, con la convivencia como excusa. La mentira es connatural a las relaciones humanas, lo que significa que sólo podemos salir de nosotros mismos si estamos dispuestos a mercadear con las palabras para que le digan al prójimo lo que el prójimo quiere oír o, al menos, para que jamás digan algo que ponga en riesgo el marco de nuestra relación.
Tenemos tan aprendida esta lección que hemos llegado a interiorizarla de tal modo que ni a nosotros mismos nos decimos verdad. Somos tahúres en la intemperie y, por cierto, tahúres de interior.
¿Y? Pues nada, adoremos el gran farol. No hay otro.  

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Camús contra la taozización de Sísifo

Otra es dejarse llevar, fluir. Algunos, bajo mantos de colores o palios trascendentes, nos dicen que no hay que revolverse ante el suceder de las cosas que suceden y que, por lo tanto, nos suceden. A pesar de la gran acogida de esta postura en los que adoran la India tomando té en sofás de Cafés nocturnos iluminados por los focos de su cosmópoli, dejarse llevar es entregar las riendas al comandante de una supuesta realidad que se encuentra justo en la frontera del cielo que nos cubre.
Pero la rebelión es porfiar precisamente contra el inevitable suceso que sucede y que nos sucede; es ser arrastrado por el acontecimiento, pero mostrando en tu cara el gesto de la derrota y no la sonrisa estúpida del que se exculpa al amparo de unas pésimas circunstancias.
Rebelarse es, quizá, luchar contra las circunstancias, infructuosamente.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Confucio y la insociable sociabilidad

Las palabras que se oyen, aunque uno quiera escucharlas, o las que se leen, aunque más que leerlas se les arrebate la porción de alma que transportan, ayudan a desembrozarse, pero poco más. Uno sigue siendo esa pieza que no acaba de encajarse. Los sucesos que nos suceden y lo sucesos que provocamos, los actos con los que reaccionamos y los actos que iniciamos, bueno, me dicen que ahí sí, que esa es la clave, la herramienta que nos llevará a la conexión.
Quizá sí. Encajarse, conectarse, sintonizarse, llegar al punto de la no contradicción. Ah, era eso, la no contradicción... ¿De eso huyes? ¿Ya te has rendido? ¿Al mono que escribe le asusta la contradicción?
Y aún así, hay que ser coherente, tú, cuya naturaleza es la incoherencia...

domingo, 11 de noviembre de 2012

De Heráclito a Descartes sin pasar por la casilla de salida

Todo acontecimiento que afrontamos nos transforma, nos hace crecer. ¿Nos hace crecer? Uhm, no exactamente. "Crecer" parece que implique avanzar, progresar, acercarse a algún sitio que como meta espera la llegada de algunos elegidos. Pero ahora ya sabemos que el puente que parece construirse tras la transformación que ofrece todo acontecimiento no lleva a ningún sitio, o sí. Puede que sí, que esa transformación nos lleve al interior de uno mismo, lo que significa bien poca cosa.
Así que lo único que puedo decir es que salimos otro tras afrontar un acontecimiento, que eso ocurre continuamente y que, por lo tanto, nunca somos lo que somos, sino un otro incomprensible. ¿Pero nada permanece en el proceso? Uhm, sí, algo permanece... así que el acontecimientos nos transforma, pero no tanto, o no absolutamente... O sea, hay un yo receptor de la experiencia. Bien, ya tengo una metafísica.

sábado, 6 de octubre de 2012

acuerdo de caricia en el lomo de la derrota

Hay  pocas opciones para debatir, cada vez menos. Nos hemos acomodado en el asentir y el disentir pierde el prestigio que nunca tuvo. Odiamos que nos digan la contraria y optamos por no hacerlo tampoco nosotros. Son muchos siglos con "no hagas al otro lo que no quieres que te hagan", y todos firmamos un armisticio innecesario en el que acordamos, en secreto, darnos los unos a los otros la razón, y la razón, perezosa, avariciosa y egoísta, se enquista en el mar de su certeza y nos enquista a todos con ella.
Así que acérquese a mí si tiene algo a la contra que decirme. Será un placer debatir con usted, enfrentar con toda la fuerza del mundo argumentos a sus argumentos, hasta que uno no pueda seguir argumentando sin hacer trampa. Entonces, entonces nos tomaremos una copa, y vuelta a empezar.

martes, 2 de octubre de 2012

el principio de la historia

Los flujos de la discordia que avivan disensiones alojadas más allá del fluir cotidiano, generalmente pueden abrir espacios de reflexión autónoma en las antes vedadas tierras de lo sagrado. Y no ocurre nada. Acaso descubrir la propia ridiculez de la autocensura. Todo proceso de emancipación colectivo es mentira, porque es colectivo. Pero a lo mejor, porque es colectivo, es verdad. En todo caso, todo proceso de emancipación colectivo es, si ese es el caso, y no hay más que sumarse o permanecer alejado, como si ahora tal cosa fuera posible.

lunes, 10 de septiembre de 2012

literatura a martillazos... perdón, a bufidos

La literatura debería servirse del lenguaje más allá de sus músicas cotidianas. Hay un acento en cada escritor, insoslayable, una música interna que sinfoniza lo que ve y la manera en cómo lo cuenta, y esa música propia es lo que nos empuja a trascenderla y a dejarla atrás. El escritor tiene lenguaje, y es trabajando el lenguaje como puede escapar a sucumbir a la pancarta, a la bandera, a la oficialidad o a la contraoficialidad, es trabajando el lenguaje como puede trabajarse las ropas que habrán de cubrirlo cuando se encuentre en la intemperie, solo, "a seis mil pies de los hombres y del tiempo".

viernes, 24 de agosto de 2012

manual de autoconsciencia tristemente revelador

Sobre el saber hay que saber dos cosas: hay que saber lo que se sabe y, más importante, hay que saber lo que no se sabe. El problema es listar lo que sé -lo que no sé será todo aquello que no aparezca en el listado. Bien, ¿qué sé? Sé que algo sé, no como aquel que sabía que no sabía nada, por ejemplo, que soy mortal. ¿Pero por qué sé que soy mortal si nunca he muerto? Te asemejas a tus semejantes y ellos mueren, ello debería bastarte.
¿Sé algo más? Sí, que todo empuja para que se uniformice el pensamiento, que proliferan múltiples variables de genuflexión dorsal, que el lenguaje ya sólo es una herramienta de excusa y que en todas sus frases se esconden diferentes motivos floridos de un omnipresente y manido "sí, señor", que la servidumbre, sí, es voluntaria y además se liga en un plano impenetrable a la propia mirada.
Joder, entonces... Sí, eres un abanderado de la sumisión.