martes, 27 de noviembre de 2018

la convicción como instrumento de tortura

Si te ves en riesgo, entonces, amigo, estás pensando, porque pensar sin riesgo es no pensar, sino permanecer en lugar conocido, acomodado entre los almohadones de la convicción, sujeto, ligado a un mástil cuyo valor le viene por llevar mucho tiempo ahí y por nada más. Pero pensar es soltarse y saltar hacia un abismo del cual desconoces si hallarás asidero y sí, puede que no lo halles y, por lo mismo, te libres a un vagar perpetuo. Por eso pensar es correr riesgos, la locura o la soledad uno de ellos, pero hay otros, la batalla, por ejemplo, o el desconsuelo. 
¿Por qué, entonces, hacerlo? Porque sí, porque hay que moverse, porque la convicción mata, también de aburrimiento. 

lunes, 22 de octubre de 2018

los contornos sin perfiles

Los vaciamientos conceptuales que conlleva el vocerío y que aligeran el lenguaje serán, quizá, lo que de aquí a unos años se nos echará en cara, si es que todavía la tenemos entera. Salir del letargo en el que estaba sumida la polis fue una gran noticia, y todavía hoy lo sería, pero se narró esa salida y la reacción a esa salida como si fuera violenta, y se adobó todo con el sello de fascista, y se repitió tantas veces que la violencia ahora ya no es lo que siempre fue ni mucho menos el fascismo.
El problema es que cuando todo se etiqueta como violento y fascista se corre el riesgo, altamente probable, de no detectar la violencia y el fascismo, o detectarlo cuando sea demasiado tarde. 

sábado, 15 de septiembre de 2018

una manera de deshacer el universo

Es ahí, bajo el pecho, donde toman forma de palabra los sinsabores que se han ido sucediendo, o donde no lo consiguen y entonces buscan salir de otra manera (que siempre consiguen). Quizá como ira, o como llanto, o como enfermedad. Aunque puede que la presión que siempre sale, de una forma o de otra, no la causen los sinsabores, al fin y al cabo tan naturales, sino el peso del universo que a veces se te cuelga y estar solo para soportarlo. Por eso un blog -este, por ejemplo-, para darle una oscura salida con claras palabras.

lunes, 27 de agosto de 2018

automitificación sutil y desenfrenada

El margen es el pago a girar la cara ante el becerro que se adora. Asegúrate de que tienes bajo control el ansía de ser escuchado: nadie, desde ese día, lo hará. Si babeas en el mercado de la opinión, despídete: a nadie le interesará ya tu opinión. Serás independiente, quizá libre, pero estarás solo, y no habrá música de fondo creada para henchir el pecho ni espectadores de tu soledad.
Pero, ¿cómo adorar semejante becerro? Yo lo intenté, lo juro, pero no pude. Y la intemperie ahora me cubre... y los libros, los de los otros y los míos. Y la vida, por supuesto. 

jueves, 19 de julio de 2018

sabios viejos para nuevos y ya advertidos desencantos


Cayó el palo con su zanahoria y también cayó el “nosotros” que lo sostenía. Sigue ahí, pero ya no es mío. Por supuesto, no es la primera vez que eso me pasa. La diferencia es que las otras veces eran palos y zanahorias alzados y sostenidos por mí, y esta vez, desoyendo lo que tantas veces me dije y me dijeron, yo era un costalero más. Vine de Fuga para participar, juraría que por inercia, en los fastos y vuelvo a Fuga, cansado y oyendo sin cesar un “te lo dije” que jamás me dije ni tampoco me dijeron, pero que advertía de los costes que acarrean los arrebatos.
Por eso leo y releo a Patanjali, Lao Tze y Li Po, pero el desencanto centelleando en algún lugar de mis entrañas no sale, aunque varíe los tiempos en cada serie de respiración abdominal y la identificación de mi mente con el todo sea casi de manual.    

lunes, 4 de junio de 2018

tocado por el ruido y casi hundido

Es tanto el ruido que han levantado los asuntos de las polis en conflicto, y es tanto el ruido de los conflictos internos en la gestión de esas polis que uno se descentra, y es perdiendo el centro cuando se enmudecen los resortes que a uno lo hacían pensar a lo grande o, mejor, en lo grande: no en mi vida, la tuya o la de aquel, sino en la vida y en la muerte, no la mía ni la tuya ni la de aquel, y en  la belleza y en el arte y en la filosofía y en la literatura, y en todo lo que siempre estuvo y siempre estará (fuera de toda utilidad, por cierto) más allá y más acá de repúblicas o naciones.
Afectado por la polis y el griterío, sí, pero recordándote que eres mortal, que eres un escritor fracasado y que ese tu fracaso te salva y te impide gritar, y sí reír y llorar, y cantar, y danzar, y pensar... en silencio. 

viernes, 25 de mayo de 2018

el asomo de la tendencia al rojo

El conflicto se ha ido expandiendo y lo relevante es que ya no puedes, si vives en Barcelona, seguir al margen. Las calles, que por mucho que se grite jamás fueron de nadie -mucho menos "nuestras"-, se expresan con gestos afirmativos y también con sus negadores, y se te interpela a que luzcas o a que impidas lucir símbolos que han tomado el color amarillo y que, quizá, algún día alguien nos pregunte qué hicimos para evitar que se tiñeran de rojo.  ¿Apunta al rojo el silencio y la espalda ancha o acaso lo hace el vocerío y la piel fina?  No sé, no puede saberse. Lo que sí sé, porque puede saberse, es que al rojo apuntan y han apuntado siempre las patrias y los defensores de patrias y, sobretodo, los que hacen de ello materia de campaña electoral.   

jueves, 12 de abril de 2018

linchamiento en oferta

Inyectarse una buena dosis de literatura como impermeable ante la lluvia de mierda que cae hace meses, y esperar que con ello lo mantengan a uno al margen del código penal. Juraría que leer no está penado, pero ahora es difícil saber qué está o no está penado. Si se dice que la ingenua paloma blanca es un zafio cuervo cuyas zarpas buscan destruirlo todo, pues se puede decir que leer, aunque sea buena literatura, es un crimen y yo, pobre lector, un criminal. Y miles vendrán a lincharme, sin cuestionarlo en absoluto. No les quepa la más mínima duda. Cientos de miles.

lunes, 26 de marzo de 2018

ayuda para construir un arca

Y llegaron las piedras que buscan cabezas junto a las llamas de los contenedores esparciendo insanos humos que a algunos les saben a victoria mientras otros sonríen porque ya tienen elementos para autocumplir sus profecías de medio pelo, y las huidas y los gritos y los heridos, ellos también llegaron. Y me temo que todo viene para quedarse. Cuando las fichas las mueven los fascistas y los antifascistas, cuando toman la palabra los gritadores y los antigritadores, cuando los bandos se han definido y el odio se ha atrincherado, cuando todas las miradas rezuman violencia y todos buscan su trozo de carne, hay que blindarse para no ser presa del rencor y la locura, hay que respirar, hay que respirar, hay que respirar... profundamente, y mantener la calma. Pero el viento sopla cada vez más fuerte y más frío, y llueve y puede que llueva ya para siempre.

miércoles, 28 de febrero de 2018

todavía es octubre en Barcelona

Todavía está todo muy próximo y, de hecho, todavía es todavía. Y quizá lo sea durante mucho tiempo y el ansiado momento de la descompresión y la objetividad, la ocasión de ver algo, aunque sea poco, con una cierta distancia llegue cuando todo esté tan asimilado que ya no recuerdes para qué querías tomar distancia, cuál era tu sospecha, dónde estaba el interrogante.
Y es que todo lo que pasó, nos dicen y nos repiten, unánimemente, pasó de una manera muy diferente a cómo tú lo viste, y que, no temas, eres inocente de tu ceguedad; fuiste abducido, adoctrinado, manipulado, presa de un delirio colectivo, lisérgico y maligno.
Es decir, cuando ya no sea todavía, me gustaría reflexionar, entre otras cosas, sobre la violencia y ver si, como nos dicen y nos repiten unánimemente, todo va al revés y las flores ya no huelen a nada, sino que son palos de madera en el cinto del poder.

martes, 30 de enero de 2018

un desprecio intrascendente y oculto ante la bandera de la grandeza

No hacen falta caminos para alcanzar el otro lado o, lo que es lo mismo, todos los caminos llevan allí. Lo relevante y sorprendente son los constructores de relatos que se abren en ese extremo y mucho más sorprendente los que hoy en día los mantienen y a su amparo simulan su rencor y su ambición bajo todo tipo de plegarias. Y ahí los tenemos, dirigiendo,  posando su mano derecha sobre algún libro sagrado con lo cual se evidencia el escaso valor que otorgan a su propia palabra, y ahí nos tenemos a nosotros, tragando, como vacas u ovejas en el prado.
Sirva esto como muestra de desprecio, sirva como gesto insuficiente y cobarde de rebelión. 

viernes, 29 de diciembre de 2017

carcajadas y aplausos, una y otra vez

El eco se ha hecho unánime y la novedad es sólo repetición. Uniformados nos querían y uniformados nos tienen. Les ha resultado mucho más fácil ahora, justo cuando la información está al alcance de cualquiera. Descubrieron que no hacía falta restringir y censurar, que lo moderno y lo útil era multiplicar las fuentes y que la pereza hiciera el resto. Y lo ha hecho, vaya si lo ha hecho.
Uniforme es la originalidad y uniforme la reacción a la originalidad. Por ejemplo whatsapp, que ha dado vida al chiste y ha matado el humor, aunque las caritas que lloran de risa y los aplausos desaforados sean generalizados, lo que me lleva a pensar que es mi humor el que está muerto, que soy yo el que sólo ve copia de copias cuyos originales también son copias y, además, malas.

jueves, 14 de diciembre de 2017

¡Alto!, asno, ¡Alto!

No sé, puede que la rebeldía sea una respuesta, algo que se muestra en el escenario donde todo se muestra, un gesto para observadores y las historias que se dirán. No parece difícil. Pero la mayor parte del tiempo pasa lejos de la galería. Y uno quiere rebelarse ahí, adentro, contra la insana lucha por la caricia del amo y el ansia por una mísera mueca de admiración, contra el asno que llevas dentro, astuto, ligero, veloz, siempre al acecho. 

domingo, 19 de noviembre de 2017

la insoslayable inercia del conjunto

Nunca se sabe el precio que habrá que pagar. Nunca se sabe el precio que habrá que pagar por todo lo que sucede, pero, sobre todo, no se sabe qué precio vas a pagar tú, en tanto que eso que sucede, te sucede a ti. Eres isla, pero también eres archipiélago.
Hay un horizonte de escenarios posibles que limita cualquier construcción de escenario futuro, hay una tiránica supremacía de lo colectivo, hay un sometimiento insoslayable y total a ser hijo de tu tiempo. Y no hay un margen que reste a salvo, todo está ocupado. Incluso Fuga está ocupada. Y todas las ermitas.
Lo que sucede nos sucede a todos y nos sucede a cada uno de nosotros, pero hay que ser paciente para ver cómo nos sucede y cómo me sucede, hay que ser paciente para ver qué va a hacer contigo, qué va a hacer conmigo.


viernes, 3 de noviembre de 2017

la ignota magnitud de los efectos retardados

Ahora advertimos que la devastación que causan dos trenes que se chocan, al menos en política, es gradual y, posiblemente, imparable. Habrá que esperar un tiempo para hacer recuento del número de víctimas causado, y sobre las runas, será difícil cuantificar cuántas estructuras han caído.
Que sea imparable significa que no se puede parar, que se detendrá, sí, cuando la fuerza inicial desatada se consuma, y eso tardará en pasar, porque ambos trenes iban llenos de rencores, odios y, en el más pequeño, además, sueños y esperanzas.
Y nosotros ahí, bajo la Historia, sometidos a múltiples y variables mensajes de todo tipo de analistas, con más interpretaciones que datos, manteniendo el tipo, con alegría, aunque por dentro estemos muriéndonos de pena.

viernes, 20 de octubre de 2017

barra libre de verdades

Sobreabundancia de complejidad e incertidumbre. Y sobreabundancia de verdades que no admiten discrepancia. Parece contradictorio, pero en estos momentos en que todo es confuso se multiplican los defensores de verdades que son verdad y punto. Pero si ya antes era imposible afirmarse en alguna verdad sin ruborizarse, no se entiende que ahora se hayan multiplicado los habladores que anatemizan cualquier resquicio de duda. Y los hay tras cualesquiera de las banderas que ahora se muestran como armas en Barcelona.
En fin, verdades, banderas y armas, y algo llamado pueblo que ahora parece que se ha dividido en dos y que a mí me da que nunca fue uno ni dos, acaso cientos.

viernes, 13 de octubre de 2017

el sol brilla en Barcelona, pero menos

Ya lo sabíamos, pero ahora lo hemos constatado empíricamente. No sé si hubo o no hubo referendum el 1 de Octubre en Catalunya. Lo que sí hubo, porque lo vi, fue violencia de una policía que creía tener delante a terroristas. Y no podían creer otra cosa, porque allí donde se construyen opiniones los engañaron. Y lo siguen haciendo ahora: es mentira que la violencia que ejercieron fue para defenderse, pero todos ahí afuera creen que sí, y no pueden creer otra cosa. No había odio en Barcelona y ahora lo hay. Puede que antes el odio fuera sólo de verbo, y por eso ha sido tan fácil empujarlo al estómago y al corazón en apenas quince días. Hoy se odia a Catalunya, a esa parte de Catalunya que lleva siete años tomando las calles sin tirar al suelo una puta colilla. Y los responsables de inocular y azuzar ese odio con relatos construidos categorizando anécdotas y mentiras, están detrás de esos relatos, y es nuestro deber no olvidarlo.

domingo, 24 de septiembre de 2017

dicen que hay tormenta, pero en Barcelona luce el sol

El relato de emancipación ha calado aquí y poco importa la verdad o la mentira de sus fundamentos. Ha ido apoderándose de un espacio social, poco a poco, y las infantiles y soberbias reacciones que ha provocado han empujado a más gente a ensancharlo. Me llega que aquí hay una peligrosa fractura que se expresa de forma violenta, pero más allá de cuatro capullos lo que yo veo es gente discutiendo, debatiendo, charlando, riendo, veo una sociedad que, entre los del sí como los del no como los del no, no y no, se ha desprendido de su sudario. Y nadie odia a nadie, más allá de los cuatro capullos de antes, o al menos no por cuestiones políticas.
Eso es lo que pasa en mi ciudad, en Barcelona, aunque de fuera me aconsejen no salir a la calle y, mucho menos, hablar en castellano, aunque de fuera me digan que hay hordas de independentistas dispuestos a quemarlo todo. Leí hace un par de días alguien que decía que el día que los españoles sepan lo que pasa realmente en Catalunya iban a alucinar con sus políticos y los voceros de sus políticos. Pues eso.

lunes, 18 de septiembre de 2017

siempre adelante, como Tales de Mileto

Que las palabras en forma de discurso mueven voluntades era algo ya sabido. Lo nuevo, o así me lo parece, es que las voluntades muevan al discurso, y que sea ese discurso y los líderes que los emiten los que acaparen las miradas de los miles de analistas que andan sueltos, y que todos olviden cómo comenzó todo. Aquello que inician las sensaciones o, si quieren, los corazones, no se soluciona o, si quieren, se "conlleva", con nuevos discursos y, mucho menos, con amenazas.
La cuestión no es por qué alguien quiere ser independiente, sino por qué no va a quererlo cuando el sujeto de su dependencia lo menosprecia, lo insulta y lo ridiculiza.
Estoy hablando de lo que está pasando aquí, en Barcelona, de lo que está pasando con Catalunya y con España. Y estoy hablando de mí, de mis sensaciones, de alguien que habita en Fuga y que hace mucho rompió con las grandes palabras. Así que, para mí, esto no va de patria, ni de nación, ni de democracia, ni de libertad. Para mí, esto va de respeto.

jueves, 31 de agosto de 2017

así rebuzna el lobo

Volver se vuelve si uno ha podido irse, pero uno nunca se va por muy lejos que vaya. También los habitantes de Fuga recuerdan qué los empuja a escaparse. Pero hay que volver a la poza donde paces y vértelas con los cerdos y los asnos, calcos tuyos. Y hay que volver como si, efectivamente, te hubieras ido. Pero tú sabes que no te fuiste nunca. Y mantener ahí la calma sigue siendo el reto. porque las evidencias de Caín claman a la locura y la podredumbre transpira primeros planos. Y serán, nuevamente, los rebuznos los que cantarán los días que faltan para desconectar, como si la conexión no fuera ya unánime y carnal.

viernes, 25 de agosto de 2017

Barcelona de barcelonas

Nací en Barcelona y moriré en Barcelona aunque muera en otra parte. Nunca tuve patria, pero siempre tuve ciudad. Fui París y Londres y Berlín y Basora y Kabul. Pero, en realidad, ese "ser" fue diferente, parecido a una postal: la impresión de un reflejo ajeno.
Vivo en Barcelona, y fui y soy y seré siempre Barcelona, la Barcelona de las decenas de Barcelonas que hay y que ha habido y que habrá siempre.

miércoles, 16 de agosto de 2017

otra travesía, la de siempre, en el desierto

A veces sobrevienen arrebatos de insignificancia aunque puede que sean de nadería o algo similar. Es indiferente cuáles sean las gestas, o los gestos, el arrebato arrasa con todo. La suerte es que son eso, arrebatos, tornados que llegan y se van y que puede que nunca más lleguen o que sólo lleguen cuando tienen que llegar. (Luego la mascarada sigue, claro). Y dicen bien alto y bien claro que tus hazañas, que vives y revives incluso con música de fondo, no son hazañas, son pelagatadas, y que tu nombre nació olvidado, y que sólo se te recuerda porque se te ve y cuando se te ve.
Vale, está bien. No estás a la altura de tu arrogancia. Estás por debajo de tus sueños. Fracasas a lo grande. ¡Olé!

viernes, 14 de julio de 2017

el grado como medida de contentamiento

Hay que pararse para encontrar la intención que todo decir esconde y luego decidir si se reacciona o si no, y si se reacciona, decidir si se hace por lo que llega o por lo que quedó atrás. Sería un hallazgo dar con el momento en que nos perdimos la confianza, o puede que el valor, de decirnos las cosas a la cara. O quizá lo que pasó fue lo contrario y lo que apareció primero fue la sospecha. Y como el decir se hizo sospechoso, la intención de ese decir tuvo que ponerse atrás, en el lugar donde la sospecha se completa. En los dos casos, parece que compartimos la mesa de una gran partida de cartas donde abundan los tahúres de medio pelo y los de verdad y, sobre todo, los primos y los muy primos.
Yo no soy un tahúr, eso lo sé.    

jueves, 6 de julio de 2017

manual para escapar de la agradable unanimidad

Yo no pensaría a la contra, ni cuestionaría a los dioses que se adoran, ni intentaría buscar y proteger un punto de vista diferente, sobre todo si es de los que aspiran a sumar cargos, amigos o eventos. Ahora, si a usted, como a mí, le da exactamente igual ser apartado a los márgenes por sus iguales e, incluso, lo suma como una victoria, hágalo. No es cómodo, no es confortable y no sirve para nada. En realidad, siendo tan poca cosa como somos, da igual si piensa con todos o contra todos, pero hacerlo contra todos tiene un no sé qué que engancha y que te hace olvidar, al menos por un instante, que eres una copia de una copia de una copia.

jueves, 15 de junio de 2017

la pose como motor de cambio

Puede que sea el único escritor que jamás robó un libro y que devolvió todos los que le prestaron. El único para el que estos, y sus lecturas, no fueran pasiones en la adolescencia, que esa pasión llegó después, que primero quiso escribir y que antes de eso quiso posar, y que fue la pose lo que lo llevó a la escritura y esta a la lectura. Y la lectura engulló a la pose. Y el fracaso, por supuesto. Hoy sería un gilipollas si me hubieran publicado mi primera novela.
Puede, también, que sea el único escritor que cree innecesaria una habitación propia. Está bien. Yo la tuve. Pero no hace falta. Lo único necesario, querer y, por supuesto, ponerse. Yo me pongo, porque me pone.

miércoles, 14 de junio de 2017

la papanatería que trajo el alba para configurar una era

 Las banderas revolucionarias se agitan para la foto y los likes que se sumarán de la conjura de papanatas que se masturban con el pulgar hacia arriba (adolescentes al margen).  Hay cierta preocupación, se oye, con las adicciones al móvil de la gente joven, pero nada se dice de la adicción a semejante artilugio de todos sus padres. Es un misterio el resorte que nos mueve a exhibirnos y a exhibir a los nuestros, es un misterio qué se busca, qué se quiere, qué se consigue. O al menos lo es para mí, que considero la discreción un valor y que sé que uno siempre canta solo, aunque el coro sea grande.  

viernes, 26 de mayo de 2017

una constante para despejar la incógnita

Hay otra manera de verlo. En realidad las maneras de verlo son infinitas. Era yo aquel miembro de la muta que mató al mamut y soy yo aquel miembro de la tripulación que pondrá los pies en Júpiter, o aquel otro al que despertó otra estrella. Había dos árboles en el Paraíso y elegimos el del conocimiento. Y sí, formo parte de la aventura que iniciamos al bajarnos de los árboles y que sólo concluirá cuando nosotros queramos. Puede que esto sea lo que quieren decir los que dicen que la muerte no es nada. Y lo que quieren decir los que dicen que la vida lo es todo. ¿Era esto, lejano Sócrates, "el bien precioso con el que debe uno encantarse a sí mismo"?  

sábado, 20 de mayo de 2017

la verdad al por mayor y, por ejemplo, sin grasas

Se multiplican los enunciados que neutralizan la búsqueda de la verdad y ahorran el esfuerzo infructuoso de ponerse a husmear.  Y digo infructuoso porque no se puede seguir el rastro de algo que se desconoce, si hemos dejado al margen una solución divina.  Pero hablemos claro. La verdad siempre tiene que ver con la muerte, y más que con la muerte, con mi muerte. Y si antes uno podía comprar un no final al precio de dejarse encantar y someterse a un Ser superior, ahora el mercado ofrece no finales que pasan por entregarse a la asepsia y el cuidado.
Pero la verdad tiene que ver con un final, con mi final, y esa es la verdad, y lo que uno busca si huye de curas y capillas, ya sea en Iglesias o en gimnasios, es la verdad del final y debe encontrarse, por lo mismo, más acá de ese final. Pero no sabes ni siquiera a qué se puede parecer esa verdad que buscas, y esperas, yo lo hago, a que sean tus novelas las que te traigan la respuesta, sólo a ti, a nadie más que a ti.
 

miércoles, 10 de mayo de 2017

sustituciones azarosas para acometer la disonancia

Es ahí, esa frase, la que sobra. O puede que esa sea, por el contrario, la única necesaria. La cosa es que en ese párrafo algo falla. Vienes releyendo, a un velocidad y un ritmo constante y, de pronto, algo se quiebra, algo no cuadra. Te pones a ello. Se diría que, incluso, con pasión. Reescribir es, seguramente, la parte que más te gusta de esto. Nunca es fácil dar con el fallo. Si fueras bueno en esto, quizá sí. Pero no lo eres, y sigues la prueba del zapatero, aunque ahora lo llamen "ensayo-error". Y, al final, llega un momento que la distorsión que se levantaba ha desaparecido. Y sigues releyendo, y sabes que, en cuanto cojas ritmo, volverá a aparecer otro reto. Y así hasta el final, que como todos ustedes saben, no se alcanza nunca.

viernes, 28 de abril de 2017

la propaganda, o una trinchera para salvarte

Son infinitas las posibilidades que ofrece el discurso, pero son limitadas si haces de él un medio para difundir propaganda. Ésta se expande porque reduce sus oposiciones en un espacio que se mantiene siempre limitado y a ti, propagador, te convierte en un anunciante que muere por su marca.
Pero ves con ojo, no hay propagandistas en las infinitas posibilidades del discurso, pero sí charlatanes, embaucadores, bocazas, trepas, pelotas, perros y asnos.
Hay que tener cuidado, es fácil convertirte en uno de ellos. No la ves, pero la mezquindad siempre está al acecho.Tampoco la ves, pero puedes tirar de duda para atrincherarte.

sábado, 22 de abril de 2017

auge y caída de las frases logradas

Tachar, borrar, quitar frases y párrafos enteros, moldear la forma final que quieres dar a ese bloque de mármol que has levantado con palabras. El escultor lo tiene más fácil, sólo quita; el escritor eso es lo que hace después de un largo camino en el que sólo ha hecho que poner y poner. Y en todo eso que ponía iba su alma, si me permiten la hipérbole, y por eso quitarlo duele tanto. Sobretodo duele advertir que aquella frase lograda no encaja por alguna razón que no se puede ver y que, sin embargo, está ahí de una manera evidente. Por eso se dice que se escribe, sí, con el alma (ya les pedí permiso para exagerar), y que también se encuentra tan fiel compañera cuando debes borrar.
Escribir, entonces, es excederse y recortar. Imperdonable: no llegar.

martes, 11 de abril de 2017

lo que me llevé del pórtico de Elea

La sumisión, porque de ahí sale nuestra comida, porque tienes un amo, o como lo quieras llamar, que te alimenta y alimenta a tu manada. Cambiaron algunas cosas, es evidente, pero la fábrica y el escalafón siguen aquí, como sigue aquí la jungla y la selva y el valor hipnótico de la caricia en el lomo. No corre la sangre en la disputa por la gacela, corre por el ansia de ese tacto suavecito del patrón, de su mirada, de su atención. La sumisión, sí, con grandes dosis de paciencia y de teatro, pero no eres un perro ni un asno y, lo más importante, ya eres mayor para chorradas.  

viernes, 31 de marzo de 2017

gritos en la senda que no existe, como razón de ser

La novela como pregunta y no como respuesta, algo así como un baile azaroso bajo la luz que desprende un gran signo de interrogación, como apertura de un sendero inexistente que genera miles de voces que gritan cuán innecesario e infructuoso es tu trabajo, que abandones, que es inútil, que ya es suficiente, que para qué, que lo pienses, que te pares y lo pienses, seriamente. Y lo haces, claro que sí, porque siempre hay que escuchar lo que gritan las voces, y lo piensas y, efectivamente, dudas. Y entonces sigues abriendo sendero y, de pronto, lo ves: la novela son esas dudas que surgen cuando escribes; en cierta manera, la novela es su escritor. Otra cosa es cuánto se parece este a la persona que la escribe.

viernes, 24 de marzo de 2017

evidencia, como juego, del picador de teclas

Quizás haya una causa primera de todos los efectos que me componen, más allá de la obvia, quizá lo que me arrastra aquí, a picar teclas sin necesidad y sin intención, sea un impulso beatífico, dionisíaco o luciferino, quizá sea el azar o la rutina o algún recado inconsciente y desconocido, pero aunque no sea yo sino alguno de sus resortes misteriosos o alguna otra cosa lo que me hace escribir, yo quiero creer que escribo porque quiero, y así sigo avivando el maravilloso juego donde la libertad puede más que la naturaleza.

lunes, 13 de marzo de 2017

el escritor, querido Einstein, también juega a los dados

En mis novelas, los planes previos, los esquemas, los temas y las voces vienen con las palabras que van sucediéndose, una tras otra. Quizás haya un islote en el horizonte desde el principio, pero entonces me parecería absurdo escribir doscientas páginas para llegar a él. Múltiples, confusos e inexistentes deben ser los islotes que el escritor tiene en su horizonte.
Escribí una novela que narra la creación de una nueva Iglesia en un bar de barrio porque imaginé a un viejo que había decidido escupir desde la ventana de su casa a los transeúntes en "El Santo de Fingida", y que era eso o morirse, no de viejo, sino de aburrimiento.
¿Estaba la Iglesia, y Metaesputo, y Amigos de la Cerveza y del Viejo, y los Pipas, y Dani y el mítico Sr. Mariano o Ángeles en esa imagen? Por supuesto que no. Eso no estaba dentro mío. Eso vino con las palabras que utilicé para narrar al viejo que había imaginado, no sé por qué, y que comenzaban así: "Aquella ventana era, por supuesto, una puerta.  Desde ella vivía el Viejo, que no lo era tanto como parecía (aunque era viejo). Alguna vez, de pequeño, el Viejo había sido veloz.  Ya no.  Ahora sus movimientos eran lentos y cansados".
 


sábado, 4 de marzo de 2017

la ficción como universo azaroso y sorpendente

Puede que sea plasmar una imagen, una escena, lo que hacen las palabras, que sean un puente por el que la imaginación se hace carne. En ese caso, escribir es capturar un vuelo, atraparlo. Para mí no. No veo primero algo y luego trato de decirlo; el decir y la visión van de la mano, son lo mismo, se van creando mutuamente. El Quijote sería otro si comenzara diciendo que el héroe nació, por ejemplo, en Villanueva de los Infantes. Pero su escritor nos dice que nació en un lugar de cuyo nombre no quiere acordarse. ¿Y si hubiera querido? Pues el Quijote no hubiera sido el Quijote y quizás Cervantes fuera hoy un gran desconocido.
Es decir, la novela no es la plasmación física de un mundo previo imaginado, algo así como un resultado; escribir es abrirse a la sorpresa de un mundo por imaginar.

martes, 14 de febrero de 2017

pasquín contra la acumulación de rebuznos

Las historias que escribo no dejarán poso ni alterarán lo más mínimo la corte de las voluntades. ¿Y qué? ¡Ni de adolescente quise cambiar el mundo! Afortunadamente para mí, escribir no es un medio, un instrumento, algo útil. Ya he dicho alguna vez que podría dejar de escribir sin sufrir convulsiones febriles, que escribo porque quiero y que dejaré de escribir cuando quiera. ¿Pero cómo podré renunciar algún día al reto de vencer al asno que esconde mi naturaleza?

viernes, 10 de febrero de 2017

una apuesta cuántica

La literatura conoce los barrotes que la limitan. Es hija de ellos. Quizá su madre. Las letras y las maneras de juntarlas en palabras son las que son, un universo finito y cerrado, o casi; si se expande, lo hace muy lentamente. Y una página es, fue y será siempre una página. Y, sin embargo, el decir es infinito, o casi, como infinito, e imposible y deseado, es el conocimiento de uno mismo. Y es ahí donde nace la literatura, como ciencia y arte de la creación, entre rejas, como medio de comprensión. No una terapia, sino un regocijo; no un desahogo, sino una búsqueda ya fracasada de antemano que, sin embargo, se emprende.  

lunes, 6 de febrero de 2017

preámbulo a la teoría de la aventura

Se dice que vivir, de por sí, es una aventura, pero también que esa aventura se deriva de tener la boca conectada al culo, más todo lo que comporta el suministro de materia para deglutir y defecar. Es decir, es una aventura con billete de vuelta, si me permiten, al mismo raíl de siempre.
Ahora bien, si usted es, como yo, de Barcelona, o de cualquier otro lugar de Catalunya, sepa que va a sumar a lo anterior una aventura sin billete de vuelta; y si además usted es, como yo, un pelagatos, tampoco busque una puerta por la que salir, porque no hay. Y, sin embargo, puede que lo que se viene sea lo más apasionante que tanto usted como yo vivamos en nuestras vidas, por muy apasionantes que hayan sido nuestras vidas hasta ahora y por mucho que usted sea de los que "pasan de política". Ves per on...         

martes, 31 de enero de 2017

locuacidad vacua de un indocumentado

Toda novela es el eco sordo de una época y, de hecho, el eco sordo de todas las épocas que confluyen en la prosa y la imaginación del escritor. Y no porque estos tipos, los escritores, sean receptores excepcionales del tiempo y de su pasar, sino porque toda mirada viene preñada de todas las miradas anteriores, llámese a eso efecto "historia", "cultura" o, como algún metafísico hace, "espíritu del pueblo". Me preguntaron una vez si mis novelas estaban bien documentadas. "No, por supuesto", contesté, "para qué". ¿Para lastrar la prosa? ¿Para velar el eco sordo que alguna vez, quizá, sea capaz de escuchar?
Si además del ocio y del placer estético busca usted en la novela otra cosa, "un pelo del misterio", el volumen de documentación consultada para escribirla es irrelevante. Se lo digo yo y, supongo, alguien lo habrá dicho mucho antes y mucho mejor que yo.

sábado, 21 de enero de 2017

claro que no eres Madame Bovary

Escribir no es "vender a tu madre en letras de molde" (eso es repugnante) ni, mucho menos, venderte tú (asqueroso también, pero menos). El escritor no tiene un ego diferente al del resto de los mortales ni, por lo tanto, la literatura es producto de su explosión ni fruto de su ansia. 
Que os sintáis cómodos interpretando estúpidamente las novelas como reflejo biográfico de sus autores no os faculta para legislar que toda obra es autobiográfica. Es decir, la cucaracha de Kafka no es Kafka, es una cucaracha, y sus novelas no describen el tormento de un empleado de oficina, sino la guasa de una vida errante y azarosa, como la de Homero, como la de Cervantes, como la tuya, como la mía.  

viernes, 13 de enero de 2017

la libertad como divina comedia

La literatura, o es libre o no es literatura. Si de esto se desprende cierto aire valorativo, que se sepa que la literatura no es mejor ni peor que, digamos, la pesca, el cine o cualquier otra cosa. Escribir, por lo tanto, es un acto de libertad.
Así que no escribas por necesidad. Si ese es tu caso, rebélate y pinta, o esculpe, o haz cualquier otra cosa que elijas. Si aún y así no puedes evitarlo, escribe, pero pregúntate a quién está obedeciendo cuando lo haces, de dónde proviene la orden, y hasta que des con el nombre de tu amo, no digas que escribes por necesidad porque alguien podría creer que esto va de enfermos o de locos, y no, la literatura es libre porque no va ni de una cosa ni de la otra; de hecho, es libre porque no va de nada. O lo que es lo mismo, es libre porque va de todo.

lunes, 2 de enero de 2017

teñidores en rojo del blanco papel

Para mí, el inicio del nuevo año se parece al encuentro con la página en blanco. Lloran muchos que eso es lo peor de escribir; hay quien habla de terror y pánico e, incluso, de angustia. Hay quien dice que si no fuera por ese contacto con la nada -no otra cosa es la página en blanco del escritor- escribir estaría al alcance de cualquiera. Pero es ese abismo creativo, afirman, el que sólo pueden salvar algunos elegidos que, con un esfuerzo sobrenatural y extraordinario, consiguen superar el trance y vivir para contarlo.
Para mí que, como el nuevo año, la página en blanco es un regalo, el acto primero de este nuestro acoso y derribo contra la nada, todo ese lamento cansino y automitificante, todo ese cacareado temor y pavor y sudoración y enfrentamiento a la página en blanco es un grito fingido de los adoradores y perpetuadores de la pamplinería, ya para siempre unánime (vuestro es, por cierto, el futuro... allá os lo comáis).  

domingo, 18 de diciembre de 2016

el Fedón como amigo invisible

Hacia atrás todo son barcos naufragados y hacia delante barcos por naufragar. El recuerdo de las batallas ya perdidas y también de las batallas que perderás es claro y evidente, como también lo es el rancio olor que desprenden los desastres cotidianos. Y, sin embargo, insistes con un nuevo farol que todos ya han calado; marcadas están las cartas, de la misma manera que lo han estado siempre. Y lo sabes porque, en realidad, lo has sabido siempre. Pero no importa, o sí, qué más da, hay que defender ese farol hasta el final.
¿Quién sabe? Quizás esta vez... Voilà, el "bien precioso con el que debe uno encantarse a sí mismo", querido Critias.

jueves, 24 de noviembre de 2016

un currículum para Epicuro

Acaso la conversación se quedó en el siglo que dejamos, cuando el personaje todavía no se había hecho con el dominio y uno se veía a sí mismo sin la asquerosa seriedad a la que obliga peinar canas. Acaso también la informalidad y el descaro, la brecha por la que eso que eras buscaba huir del papel que tenía asignado. Y sí, es cierto e irrefutable que lo que allí se quedó fue la juventud, pero también que no hay una época más espantosa que la juventud, y que precisamente ahora, cuando eres tú el que decides si se puede, o no, comer una naranja, por ejemplo, antes o después de la leche, ahora que podrías mandar a tomar por culo a todos los que se escandalizan al escuchar, o proferir, "caca", "pedo" o "coño", ahora cierras la boca o, peor, la tapas con una mano si se dice "caca", "pedo" o "coño", escandalizado.
Pero aún estás a tiempo. Siempre has sabido que hacerse viejo es un regalo y que la única forma de malograrlo es creerte el tinglado, sucumbir. Es ahí donde ayuda el otro con el que conversamos, pero ya no hay otro y quizá tampoco lo hubo el siglo pasado.  

lunes, 24 de octubre de 2016

bohemios con seguridad social

Normalmente ocupan mesas apartadas y se los representa con una botella de vino y un vaso medio lleno, con un lápiz en una mano y la cabeza apoyada en la otra. En la mesa hay también unos papeles que, si los miras concienzudamente, aventuran reflexiones, quizás aforismos, porque no parece un teorema ni un artículo ni un relato ni un poema lo que allí aparece. Están ellos y el resto, que ni se ha fijado que en una esquina hay un tipo solitario. La ignorancia es compartido. Ellos tampoco podrían cuantificar ese resto, o sólo como una parte más del Universo, que es lo que buscan atrapar las palabras que de tanto en tanto garabatean. Por último, nunca aparecen en manada, acaso porque la manada los rechazó o porque ellos se apartaron, pero solos, siempre solos ellos y sus cuadernos, pasando frío cuando hace frío y calor cuando hace calor.
Esto último es lo que más los diferencia, quizá lo único, de nosotros, los bohemios de la tecnología y el mejorestar, que escribimos blogs como este para pisar el mismo Café que Balzac, o el de cualquier otro.

sábado, 15 de octubre de 2016

de copas con Parménides

Podría escribir que a Dylan le han dado el Nobel, o que la democracia comienza a defraudar a sus defensores porque, qué ignorancia, el pueblo vota lo que le da la gana, o que el terrorismo tiene unas causas desconocidas o, acaso, tan evidentes que pasan desapercibidas. o que ese que anda por ahí se ha entregado a Dionisio, tal y como anuncia su Facebook, o que el Procés Sobiranista sigue su curso y se aproxima, ya tiene fecha, el colapso, o qué sé yo, podría escribir sobre miles de cosas que pasan cada día, miles de sucesos que se suceden en todo el mundo y miles de relatos que los cuentan (todos interesados), y todo eso me interesa, todo, pero no para escribir sobre ello, no como tema. Alguna vez, quizá, lo haya hecho, pero mi tema no es la realidad cotidiana, no es lo que pasa fuera. A mí me interesa lo que pasa dentro, y lo que pasa continuamente, pase lo que pase fuera.
(Por cierto, a mí Bob Dylan me encanta, pero el Nobel de literatura, ¿en serio?).

domingo, 25 de septiembre de 2016

el rastrillo de Diderot

Y, sin embargo, hay margen de maniobra, pequeño, sepultado entre la insondable unanimidad del desdén, oculto y esquivo. Es la evidencia del libre albedrío y la condición de posibilidad para el mitocidio o, seamos sutiles, para eliminar el poso que dejó su asesinato y que permanece incrustado como eco de todos aquellos que perdieron culto, en algún lugar de mis adentros. Y aunque la mayoría de las veces la pereza y la indiferencia se impongan, yo sé cómo llegar a ese margen. Es como entrar en la rama de un árbol a la que el viento silba. Pero dura poco. Quizá lo suficiente.
Cátelo. Lea a Diderot, por ejemplo.  

viernes, 23 de septiembre de 2016

el café de media tarde

El anhelo, y la pereza, y la indiferencia. Un deambular hacía un lugar deseado y desconocido desde el sofá de casa, a desgana. Y venga años, uno tras otro, y acumular playas sobre panellets y uvas de fin de año, y tener desesperados a unos personajes que creaste como respuesta a ese instante en que la elección perdió su veto y liberó el silencio que, es así, siempre sale derrotado. Y es que no hay quien pueda con el bullicio, con la prisa, con el anhelo de llegar a ningún sitio. Al menos yo no. De ahí la indiferencia, el dejarse llevar (por supuesto, más acá del Tao).

martes, 30 de agosto de 2016

la posibilidad de no escribir como fundamento

A vueltas con las visiones y las miradas... y con la novela, como vehículo de transmisión. La mayoría de escritores afirman escribir porque quieren transmitir una visión, la suya, del mundo. Además lo hacen. dicen, siguiendo el llamado misterioso de una necesidad interna y, a la vez, trascendente -alguien los eligió y ellos se entregaron.
Ahora bien, hay escritores que no buscan transmitir nada a nadie. Yo, por ejemplo. Yo no escribo impulsado por una orden ineludible y necesaria, sino porque quiero. Y en el momento en que no quiera, dejaré de hacerlo y no tendré que vérmelas con úlceras o expresiones neuróticas de una ansiosa vocación insatisfecha. Escribo novelas, y también este blog, para descubrir una visión mediante la cual ver el mundo; no para decirle algo a alguien, sino para decirme algo a mí, aunque sea poco.  

martes, 23 de agosto de 2016

simposio del bla bla bla

Los acontecederes se presentan por igual, aunque ahora (como siempre) haya tantos relatos como personas habitamos este mundo. Hay visiones del mundo más o menos compartidas, pero toda visión del mundo se acompaña de una mirada particular, única y concreta que, además, ansía por imponerse. Por eso la comunicación es siempre un intento de captación y todo hablante un propagandista. Por eso dijeron que "el que sabe no habla, y el que habla no sabe". Por eso yo hablo, aunque sea por escrito.  

jueves, 14 de julio de 2016

ecos que sostienen intemperies

Quien busque con el conocimiento la certeza (me ha dado vergüenza escribir "la verdad") ha de saber que sucumbirá a la mentira y mostrará hallazgos mentirosos, o que sucumbirá a la frustración y mostrará rabia y rencor. Hay otras formas de dar con la verdad (me he desecho del pudor que me acechaba en la primera frase). De hecho todo, menos el conocimiento, te lleva a ella. O dicho de otra manera, sólo el conocimiento te saca de ella. Y te pone (qué le vamos a hacer) a la intemperie. Pero hay vida a la intemperie. De hecho, me atrevería a decir que sólo hay vida a la intemperie.
Creo que esto es así, y me consuela saber que antes que yo cientos y cientos de filósofos, científicos y escritores han dicho lo mismo.

jueves, 2 de junio de 2016

la casinización de las experiencias

Se imponen las interpretaciones bélicas como sustrato del espectáculo, se impone la dicotomía y la ruptura en la concanetación de sucesos con los que se compone el relato. Pero, quizá por eso mismo, se vislumbra una feliz desgana que comienza a sospechar que lo que se nos dice no es como se nos dice o, al menos, que quien nos lo dice tiene intereses que pueden venir con el decir y, por lo tanto, que su decir es un decir interesado. Grandes grupos empresariales, sí, y pequeños grupos empresariales y no empresariales y hasta yo, y hasta tú, claro que sí. Optar por la sospecha es la única salida. O por la apuesta. Yo apuesto siempre por los relatos que respetan la estética para engañarme. Apuesto por la belleza, que también es mentira.

domingo, 22 de mayo de 2016

la sorpresa narrativa

Quizá las mejores son aquellas donde las frases esconden una historia, aquellas donde lo que se cuenta, en realidad, no se cuenta, porque viene debajo, detrás o a los lados de las palabras. Como si lo relevante se narrara con los espacios en blanco que las separan.
Quizá las mejores son aquellas que cuentan aquello que sus escritores no quieren contar, o no pueden contar porque lo desconocen, pero que, sin embargo, cuentan, y además cuentan siempre.
Y es que para mí la novela es una herramienta de autoconocimiento, y por eso me alejo de ceñir mi narración a ningún plan previo y bien delimitado. A mí me gusta escribir sin corsé, a ver qué cuento cuando creo estar contando otra cosa.  

sábado, 9 de abril de 2016

las sombras que quizá sean sombras

Libre es la indagación y la mirada: uno ve lo que quiere, aunque puede que el horizonte posible de su visión esté allí puesto interesadamente y, en ese caso, uno ve lo que se quiere que vea y nada más, con lo cual, la indagación y la mirada nacen cautivas. Platón lo tenía claro, o al menos el Platón que mostraba la vida en la Caverna. La duda viene porque hay quien leyó y estudió la Caverna y se blindó para ver las sombras y constatar el engaño, y al menos este debe ver lo que quiere y no lo que se quiera que vea, al menos para este la indagación puede descubrirle algún que otro cable de la gran tramolla. 
En realidad, tanto da: son tantos los relatos y las narrativas que vemos y que puede que nos oculten, son tantas las palabras y tan escaso el silencio, es tanta la duda y tan soberbia la certeza que a lo mejor basta con no sucumbir a la locura.  

domingo, 20 de marzo de 2016

loa al estado mental

Esos otros que pude ser yo, con sus quehaceres que podrían haber sido los míos, constatan la azarosa construcción del uno mismo, que es lo que es a consecuencia de los múltiples accidentes que suceden y, por lo mismo, le suceden. Como un plástico en el mar, va donde va aunque no quiera ir a ningún sitio. Necesariamente somos lo que la causalidad ha hecho que seamos, y nunca sabremos qué seríamos si nada hubiera afectado nuestra naturaleza esencial, aunque, a decir verdad, en ese caso sí sabemos lo que seriamos: nada. Eso tan cacareado y absurdamente anhelado y vendido y comprado... hen kai pan, uno con el todo.
Es decir, la vida rompe con la nada, azarosamente, y azarosamente vuelve hacia ella. Y la libertad es un sueño que pasa en el trayecto, un estado mental.

miércoles, 16 de marzo de 2016

el palco esférico más allá del cual se deviene profeta

En el otro lado de las novelas he visto que son numerosas las maneras que existen para acercarse a ese lugar que todo escritor busca con más o menos ahínco, que no es otro que el palco desde el que se dice que puede verse, de tanto en tanto, la verdad primera y esencial. Pero al desconocer cuál es ésta, nunca hubo escritor que lo alcanzara. Es lo que le diferencia del profeta, que no hace literatura sino religión. Es la diferencia entre libertad y necesidad, entre sorpresa y encuentro, y revelación y mensaje.
Pues bien, hay muchas maneras de acercarse a esos horizontes posibles de libertad y asalto, o al menos eso es lo que me muestran a mí formas tan dispares de narrar como las de Kafka, Racine, Proust, Joyce, Cervantes o tantos otros, todos diferentes, como puntos de una esfera que se va perfilando en torno a la verdad primera y esencial, puntos alejados entre sí pero a una misma distancia de un mismo centro.


martes, 23 de febrero de 2016

la triste necesidad de no poderse sorprender

La literatura está lejos ahora, aunque puede que siempre lo haya estado. Está, eso se sabe, pero a veces ha estado mucho menos lejos que ahora. Sería mucho más fácil si mis personajes me exigieran que siguiera con ellos, que tuvieran ansia por saber de sus vidas y me empujaran enfermizamente al arte de la creación. Sería mucho más fácil, sí, pero yo sería otro esclavo de la necesidad, uno más.
Mi novela está ahora más lejos que otras veces, sí, pero también se escribe, y eso quien escribe lo sabe, cuando no se escribe.

miércoles, 27 de enero de 2016

al principio fueron las uñas y al final lo de siempre

El conocimiento, si me apuran la sabiduría, está bajo las rocas, y sólo se alcanza rasgando con las uñas y tiñendo de la sangre de nuestra piel rasgada el agujero que vamos abriendo. Y has de saber que jamás se llega al otro lado y ser consciente de eso mientras rasgas. Y has de seguir rasgando y rasgando hasta que te mueras, sin abandonar nunca. Eso no te va a hacer más feliz, por supuesto, ni más alegre ni más inteligente ni más listo. Puede que tampoco te haga más desgraciado, ni más triste ni más tonto. Es decir, en el fondo no sirve para nada. Sin embargo, y ya alguien lo dijo, lo cambia todo.

lunes, 25 de enero de 2016

la sinrazón como evidencia de una innecesaria indagación

Si fuéramos gente seria (imaginemos que sumando por ahí haya un "nosotros") no se nos hubiera ocurrido jamás escribir una puta línea. Ya que no nos mueve la necesidad ni una amenaza de combustión interna, ya que sólo escribimos porque nos da la gana y, sobretodo, porque podríamos vivir perfectamente sin hacerlo, después de leer tanto y tan bueno hay que ser poco serio para ponerse a escribir.
¿Por qué, entonces, hacerlo? (siempre me gusta llegar hasta aquí) Pues porque sí, ¿te parece poco?

miércoles, 23 de diciembre de 2015

autoflagelación de los andares trillados

El problema de las ideas, o mejor, de nuestra relación con las ideas es que nos encontramos ante ellas condicionados por lo que tantos, antes que nosotros, dijeron sobre ellas.
Las ideas de "derecha" o "izquierda", por ejemplo, ahora que ha habido elecciones, o la de "bipartidismo" o, en general, la idea de "política", o la de "amor", "mentira", "sociedad", etc...
¿Qué sé yo de estas cosas, más allá de lo que me han dicho sobre ellas?
¿Acaso cogí de aquí y de allá y dediqué un tiempo a fundamentar un decir propio, o todas y cada una de mis argumentaciones son plagios más o menos disimulados de decires ajenos?
La respuesta es clara: los fundamentos de mi decir son un fraude, arcilla importada a toda prisa y yo, por tanto, una variante sofisticada de un multiforme eco, un repetidor refinado.

viernes, 27 de noviembre de 2015

épica de la derrota cotidiana

Las batallas se suceden y las derrotas se acumulan, más acá de la gran derrota en la atmósfera de la batalla total (quiero decir, de la muerte). Y se impone el grito que se ha gritado desde siempre como ética del combate: resistir, seguir, levantarse, continuar y, a ser posible, como lo haría el  hombre que soñaba Camus, un rebelde, cuando la lógica y la evidencia y la prueba constatan la absurdidad de semejante rebeldía, y esa constatación no provoca lágrimas, ni quejas, ni lamentos, ni búsquedas eternas de consuelo, sino sonrisa, la que se dibuja cuando eres capaz de verte, ahí sentado, creando una música celestial, involuntaria y azarosa, con el sonido que hacen tus dedos al golpear las teclas del portátil, y dándote cuenta de que respiras, de que sigues aquí, de que todavía estás vivo y que de lo que se trata es de seguir dando batalla.

sábado, 14 de noviembre de 2015

una disonancia entre bastidores

¿Y por qué olvido tan a menudo que ahí afuera reinan las poses de plastelina y que la partida se juega entre impostores y tahúres y cobardes y que ser bueno es ceder tu espalda para que uno tras otro claven allí sus uñas, sutilmente, una y otra vez, con el ansia oculta de eliminarte? Quizá sea el miedo o quizá hay, efectivamente, una competición y no me he enterado, o quizá es que soy yo el impostor y el tahúr y el cobarde y el que clava sus uñas, con disimulo, una y otra vez en espalda de hombre bueno.
No sé.
Lo que está claro es que siento la disonancia, y que gracias a eso recuerdo que esto que hay aquí, en mi cueva, es real, y que, como siempre, de lo que se trata es de salir al meollo y no perder la calma, a ver si eso que ya despunta no acaba convirtiéndose en unas enormes orejas de asno.

sábado, 7 de noviembre de 2015

se vende cuota de heterogeneidad

Cada vez estoy más lejos del punto de encuentro. Me sabe salada el agua del abrevadero. Pero no hay otra que beber. Estoy igual de lejos de cualquier punto de llegada, aunque sí hay imágenes que se crean y se desvanecen sin respeto por la ilusión que cuesta crearlas.
Me gustaría poder decir que estoy mejor posicionado que el resto para robarle "un pelo al misterio", pero mi desplazamiento es horizontal. Estáis al lado, pero lejos. "No es que vea mejor, es que veo otra cosa", me dijo Morey. Pues eso. Otra cosa, igual de absurda que la vuestra.

martes, 20 de octubre de 2015

anhelo de momentos encontrados

Basta con una pequeña estupidez para darte cuenta de cuán estúpido es el mundo, y basta con poner la vista en cualquier insignificante detalle para darte cuenta de su insultante belleza. Insoportable y apasionante, a veces lo uno, a veces lo otro. También hay momentos (la mayoría, por cierto) en los que el mundo simplemente está y en los que tú estás con él, simplemente, como si fueras una vaca paciendo, en ataraxia... Ya mandé a tomar por culo la ataraxia alguna vez, y por eso esa mayoría de momentos en los que la vida no tira de mí ni yo de ella, en los que no capto ni estupidez ni belleza, me resultan momentos, nunca mejor dicho, perdidos.

miércoles, 23 de septiembre de 2015

un cigarrillo con Sísifo

Estás absuelto si eres capaz de percibir que eso que buscas con ahínco no es más que una nueva forma de zanahoria que pone ahí el anhelante ser que albergas dentro. Y que cuando la muerdas, otra vendrá a ocupar su lugar. Y luego otra. Y al final, cuando te mueras y constates que te has pasado la vida persiguiendo una puta zanahoria multiforme y variopinta, podrás poner una sonrisa en tu boca y recordar todas las que mordiste, el gusto a tierra de aquella, el de hierba de esta, la que no sabía a nada y aquella que sabía a todo.

lunes, 14 de septiembre de 2015

la honestidad como disolvente y precipicio

A la deriva es como te encuentras siempre que vuelves de indagar por tus adentros, si entras, claro está, honestamente. Uno espera salir con una nueva clave, esta vez sí definitiva, para solucionar el acertijo en el que se ha convertido, pero no: adentro sólo se esconden claves efímeras, que parece que sí, que esta vez sí, que vas a ver algo aunque sea muy poco algo, pero no, esta vez tampoco.
Puede que todo comenzara la primera vez que entré, la perdida de aquellas bellas palabras que se deshicieron en cuanto las miré cara a cara. ¿Pero cómo no iba a hacerlo? ¿Quién puede fingir en ese encuentro? ("la mayoría, querido, la mayoría" parece que alguien me dice, aunque no sé desde dónde).    

martes, 25 de agosto de 2015

el mercado y la refutación del mercado (de uso individual)

Ahora, cuando la literatura se regodea en el escaparate y le planta cara a las telenovelas, es urgente escribir. Siempre ha sido urgente escribir, pero con el misterio en nuevas formas de becerro y la proliferación de escuelas para sabios y profetas, y con la literatura cautiva en las escalas numéricas de los porcentajes, ahora es más urgente que nunca escribir. Y hay que hacerlo aunque sepas que todo eso que escribes nace ya olvidado, y hay que hacerlo porque necesitas pruebas de tu no claudicación ante el altar caótico de tus dudas.

domingo, 19 de julio de 2015

un pelo para refutar el oro del becerro

Cada vez cuesta más encontrar algo que refute el certificado de defunción de la novela. Como herramienta que nos traslada por el ocioso tiempo descarnado, ahí no hay problema, sigue viva, pero como punta de lanza que se aventura más allá del misterio inexistente, como material que se conjura para construir el otro lado, ahí es donde cuesta encontrar algo. Y es que la mayoría escribe hoy como respuesta, y pocos (yo no los encuentro) para concebir nuevas preguntas.
Me gusta entretenerme con la novela (¡Vaya si me gusta!), pero reivindico desde aquí la vuelta de los escritores para los que escribir era aventurarse en la creación de un pelo del misterio, aunque en un tiempo de becerros de oro a tres por dos ya nadie los necesita. Yo tampoco, y por eso reivindico su vuelta.

jueves, 2 de julio de 2015

canto, con varita, de la insignificancia

Es la incomprensión y el anhelo, y el camino ausente del que uno se aleja y al que vuelve, una y otra vez. Es lo incierto y lo complejo, y lo palpable que todo parece cuando está llegando y lo extraño, cuando queda atrás. Es la verdad y es lo contrario de la verdad, y hablar de ello (que es lo que hacemos continuamente nosotros, los que escribimos) es, en realidad, aceptar nuestro destino en la superficie, desnudos, con un pico y una pala, y una varita de zahorí que de nada nos sirve, aunque a veces la utilizamos y sentimos que nos dice algo, pero es un algo incomprensible y, en todo caso, fingido.
En fin, que escribir es inútil, como casi todo lo que vale la pena bajo "el cielo que nos cubre".

martes, 2 de junio de 2015

el bicho tras el relato

Excavar en el relato para encontrar cuánto de real contiene, o de cuánta mitificación viene acompañado. Dar con la verdad en el relato que se nos dice desde múltiples y variados púlpitos, más o menos alzados, desde múltiples y variadas formas, más o menos sutiles. Intentarlo, sobre todo, con los relatos en los que nos identificamos, si es que hablamos de verdad y de su búsqueda, con los relatos que coreamos y que abanderamos. Estos son los más peligrosos: la imaginación tiene tendencia a la automitificación, y no seré yo el primer héroe que entre a conocerse y se haya encontrado con un miserable. O con un escarabajo, tanto da.

lunes, 20 de abril de 2015

el aislamiento como constatación

En la superficie de las palabras es donde se produce la comunicación, o, lo que es lo mismo, la comunicación no es posible y en realidad vivimos aislados, aunque participamos gozosamente de este simulacro, acaso porque aceptar la farsa conlleve la ermita o, como mínimo, el silencio.
No sé si antes, cuando había sabios y seguidores de sabios y asesinos de sabios, los monólogos respetuosos con los monólogos ajenos no se definían como "diálogos", pero ahora dialogar es soportar brasas ajenas y acometer con las propias, pero ¿cómo mantener el silencio y renunciar al diálogo sin ser condenado a arder públicamente, o a arder, aunque a consecuencia de la autocombustión de la propia brasa que explota su ansia de pobreza?
Aunque tanto da, las palabras se han cerrado, y no se entiende lo que uno dice ni, por supuesto, se dice lo que uno entiende.

martes, 24 de marzo de 2015

constatación lograda, con punto y aparte

Es siempre un asunto propio, esto de volver, algo que depende más de uno que cualquier otra cosa. Nadie te obliga. Mucho menos una necesidad interna e inevitable. No hay un premio a la vuelta de la esquina. Tampoco un castigo. No hay un público, indicador que quizá, quién sabe, tampoco hay  necesidad surgida de un anhelo vanidoso, aunque tratándose de esa bajeza uno nunca puede estar seguro.
No hay placer, aunque puede que sea placer eso que sentimos cuando lo hacemos, aunque no se parezca a todos los otros placeres que sentimos.
En definitiva, no hay nada más allá de mí mismo y el cielo que me cubre, cuando se trata de escribir. O sí, hay una cosa más: la cadena que antes me ligaba y que ahora está rota, bajo mis pies.  

martes, 24 de febrero de 2015

la voluntad como simulacro

El desapasionado empuje del abismo, ver allí al fondo el horizonte y no abrir más allá de su línea inexistente, y saber que es la pereza la que te retiene aquí, la que te aleja de la manera en que un escritor, y sólo él, puede aventurarse a explorar lo inexplorado antes de que se le acabe el mundo ("quiero decir, de que se muera"). Acaso también el profeta.
¿Y? Pues nada, sólo que alguien que escribe porque quiere, a veces, no escribe por pereza, aunque también, y esto queda mejor, porque no quiere.

martes, 3 de febrero de 2015

antónimo de la reducción disyuntiva

No creo en las dicotomías. Sin embargo dos, y sólo dos, son las opciones que nos ofrece la vida: o cautivo o fugitivo. O se vive bajo el miedo, o se vive en fuga. Las amenazas se han multiplicado, nos dicen, y quien nos lo dice, nos decimos, forma parte de ellas. Crisis, falsedades, delincuencias, ignorancias, terrorismos, enfermedades, inspectores, hipocresías, deslealtades, traiciones... Son tan reales, y son tan reales los eslabones que forman, y la jaula que forman a tu alrededor que sólo puedes ponerte en fuga o ver la fuga alejarse para siempre.
Y un día, cuando mueras, sólo la risa que mostrará tu rostro, o su ausencia, indicará a los que quieran ver que allí yace un esclavo o que allí yace todo lo contrario.

martes, 20 de enero de 2015

Gregor Samsa, en realidad, era un cantante de rock

Autómata del hastío, es a día de hoy como siento el espectáculo de mi vida, que veo como si estuviera al margen, como si no fuera conmigo. El soporífero acontecer de un día que se repite casi obliga a abstraerse y no vivirlo, mientras la vida se va yendo, de su mano. Pero la alternativa es el frío y la incertidumbre y un pan que se aleja  y el miedo. También la aventura, la pasión, la lucha... la vida.
Llegado aquí pienso en Kafka, y más que en él en las novelas de Kafka, en los personajes de Kafka, en los diarios de Kafka. Y sonrío. Por primera vez en este 2015, sonrío. Y pienso que el soporífero acontecer de un día que se repite es, en realidad, un soporífero acontecer de un día que se repite y que, por eso mismo, requiere de toda tu destreza para inventar ahí una divina comedia, y vivirla, con pasión.

sábado, 27 de diciembre de 2014

auge y caída de un oráculo ilegal

Elegimos palabras y las combinamos en frases para construir argumentos, para explicar historias, pero también, y antes que nada, porque así funciona nuestro pensamiento, Por ello es aconsejable disponer de muchas palabras y combinaciones, y haber sido capaz de saltar algún muro y romper alguna cadena interna: somos los dueños de nuestro relato y ante  nosotros sólo hay páginas en blanco, que hay que llenar. Y, como en todo, lo importante es borrar, y volver a escribir, una y mil veces.
Que se cumplan nuestros propósitos para el 2015 tiene que ver con esto, dependen de uno.
Si quieren, hagan lo que yo: siempre me redacto, durante estos días, una veintena de excusas, todas ellas justísimas, para engañarme un año más.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

palomitas para saborear en Waterloo

Algo está por llegar. O algo está por irse, definitivamente. Puede que lo que está pasando en este lugar del sur de Europa (reyes que se jubilan al primer olisqueo del final del bipartidismo, ladrones que ladran sin parar las bondades de la honestidad y que siguen llenando bolsillos ya llenos de desvergüenza, medios de comunicación que han abierto -¿por qué?- su silencio, jueces que -¿por qué?- han dejado de mirar para otro lado, investigadores y jefes de investigadores que investigan lo que siempre había sido opaco a la investigación, etc.) sea la prueba. ¿No es todo lo dicho las chispas que anuncian un colapso?
Y en el norte de este lugar del sur, al este, está Catalunya, con honorables abuelos que, azuzados por los perros de los vigilantes, se entregan al escarnio de la infamia y la vergüenza pública, y otros perros no tan honorables también abiertos en canal, y más de dos millones de personas que susurran al unísono un grito que dice "sí", contundente, afirmativo, valiente, oído en todo el mundo pero no escuchado.
Y yo, en Barcelona, sabiendo que se acerca el final, o el principio, pero sin saberlo; es decir, haciendo lo que hago siempre; es decir, nada.

miércoles, 22 de octubre de 2014

ancla sujeta en las afueras del hiperespacio

Este siempre es un sitio al que vuelvo. Y lo hago, generalmente, cuando quiero encontrarme. Abrir esta puerta siempre me obliga a sincerarme, aunque dicho así parece que este blog sea una compuerta por donde dejo ir algo que he aprendido sobre mí mismo, y que os lanzo, amigos desconocidos, a consecuencia de un arrebato de honor y de verdad. Y no es eso, no es eso. Abrir esta puerta me obliga a sincerarme porque este blog es, sobre todo, un lugar donde me encuentro conmigo mismo. Y siempre vuelvo, sí, sobre todo cuando estoy alejándome demasiado.

sábado, 27 de septiembre de 2014

agradecimiento del ladrido que provoca el movimiento

Es verdad que los ladridos confirman nuestro movimiento, ya provengan del fondo de las cavernas o de hermandades interesadas, y también es verdad que los asnos y los cerdos se caracterizan por seguir fijamente su estrategia de supervivencia. No podría ser de otro modo; introducir en su toma de decisiones alteraciones e incertezas, aunque puedan ser óptimas en el futuro, despertarían una ansiedad ahora desconocida; enfocarse al pasado es más cómodo que hacerlo al futuro, y tampoco ven tan grave quedarse atrás, estancarse. Al fin y al cabo, la zanahoria siempre va a estar ahí.
Pero se equivocan: la zanahoria ya no está donde siempre había estado, hay que volver a buscarla y encontrarla, ahí delante, en el futuro.

sábado, 13 de septiembre de 2014

las unanimidades aterciopeladas

Siempre nos quedará la duda para apaciguar la potencia arrasadora de una opinión mayoritaria, siempre nos quedará ella para no sucumbir y cerrar los ojos y dejarse llevar, como si la unanimidad fuera una nube de algodón blandita y confortable y nosotros un trozito de pluma posado en su seno, desplazándote junto a todos, sin esfuerzo, sin responsabilidad o, al menos, con una absolutamente compartida.
¿Y si todo, como nos dicen las voces que llegan del averno, es el parto de un delirio gestado al abrigo de conformar una buena coartada que mantenga ocultas las vergüenzas? Esta es la duda que conviene mantener encendida junto a nuestro centro decisorio, formulada con algunas palabras de más porque, en el fondo, es la duda de siempre: ¿estoy siendo engañado? ¿soy yo el primo de esta partida?
La duda... una lucecita de alerta para flotar en el ensueño con un ojo entreabierto.

viernes, 29 de agosto de 2014

a ver qué hay en el vacío

Bueno, ya llegan esos esperados, temidos e inciertos "tiempos interesantes", al menos si vives en Barcelona, teatro principal donde florece, en primer lugar, lo que le ocurre a Catalunya. Es igual que seas de los que pasan de política (como si de eso se pudiera pasar) o no: lo que suceda nos sucederá a todos. Por lo tanto, hay que mojarse, sí, aunque el riesgo sea morir ahogado. Ya volveré a mi ermita, llamada "Fuga", cuando todo, sea lo que sea, haya pasado.

jueves, 17 de julio de 2014

literatura en bucle sobre fondo de Mileto

Podría seguir días y días sin escribir, de la misma forma que podría seguir días y días sin pensar -sin pensar lo ya pensado, para entendernos. Afortunadamente, no es un impetus que habita en algún lugar dentro de mí el que me empuja a escribir o a pensar; no es la necesidad, no es un deseo irrefrenable, aunque sí un arrebato... un arrebato voluntario.
¿Por qué escribir? ¿Por qué escribo? Porque quiero, como siempre, pero hoy, gracias a Hanna Arend, añadiría lo siguiente: porque quiero comprender.
Veamos, escribo porque quiero, vale, sí, ¿pero por qué quiero?

miércoles, 25 de junio de 2014

un rayo entre plácidos y unánimes nubarrones

¿Dónde se encuentra la palanca que, de tanto en tanto, activa alguna zona del cerebro para vivir un soplo de lucidez? ¿Dónde está la cápsula iniciadora, dónde percutir, donde accionar para mantenerla activa?
Ese ver preclaro y efímero, ese contacto con el todo o con la nada que detiene el devenir martilleante de los acontecimientos y ofrece, de golpe, un sentido, un relato -o, mejor, el sentido, el relato- que se difumina en cuanto el instante desaparece y vuelves a ser tú... Que se difumina, es decir, que se convierte en palabras sin fuerza suficiente para seducir y embriagar a nuestra experiencia.
Aunque sospecho los riesgos, yo quiero y no puedo ver siempre como veo en esos momentos.

domingo, 4 de mayo de 2014

la literatura sin porqué y con la nada de soslayo

No creo en las obras bien documentadas, ni en las mal documentadas tampoco. Para mí las novelas no se documentan. Aparecen, de la nada, en la cabeza de un escritor que, si quiere, se pone a cavar, a ver qué encuentra. Y es que no creo en las obras que se escriben con la intención de decir algo ni las que lo hacen por necesidad; no creo, básicamente, en voceros ni enfermos.
Hay que escribir y la estructura viene luego. Los planes previos privan de la aventura que supone ir navegando de palabra en palabra, como marinero que se lanza al mar y rema y rema sin rumbo fijo. Hay, sí, un islote desconocido esperando tu llegada, y sabes que está ahí afuera, y quizá fue imaginarlo fugazmente lo que te llevó a iniciar el proceso, o quizá no.
¿Qué me dicen a mí mis novelas? ¿Qué he querido decirme al escribirlas? ¿Qué me dirán las que estoy por escribir? No sé, todavía no lo sé, puede que nada, que eso sea lo que me digan: nada, nada, nada, y, acaso, ¿no es ya mucho esa nada que me dicen?

miércoles, 23 de abril de 2014

las barcelonas de Barcelona

Hay una Barcelona que acoge a múltiples Barcelonas, y pretender describir el espíritu de esa Barcelona es imposible, y más para alguien que como yo no sabe perforar con las palabras. Los que habéis nacido y crecido aquí, los que vivís aquí desde siempre, sabéis a qué me refiero. 
Es su poso, el poso de Barcelona, que guarda polvo de guerras y bombardeos, polvo de fracasos, de Aes anarquistas quebradas, de gitanos, charnegos, emigrantes que vinimos y nos quedamos a vivir, como si fuera nuestra casa, de alguna que otra victoria, de todos los que pasaron por aquí, de todos los que vivieron y murieron aquí... todo eso está en esa Barcelona acogedora de múltiples Barcelonas, y todo eso está en nosotros, los barceloneses, que nos gusta esta Barcelona a la que se tacha de "escaparate" y las otras Barcelonas, que también las hay. 
Hoy, por cierto, regalaré una rosa y me regalarán un libro. Feliç Diada¡¡¡ 

sábado, 19 de abril de 2014

manual para construirse un cielo

Todo parece precipitarse; el crascitar de cuervos es ahora ensordecedor, aunque no acalla el tic-tac que suena bajo nuestros pies. Sí, es el tiempo, que pasa. Pero también es el temporizador analógico de una bomba de relojería, que descuenta segundo a segundo hasta llegar al cero y el gran estallido.
¿Pero acaso no ha sido así siempre? Siempre vivir ha consistido, antes que nada, en seguir viviendo. A veces con más ruido, a veces con menos, pero siempre con ruido que muestra el camino para ponerle un punto y final a todo, y mientras tanto tú ahí en medio, aconteciendo, y nadie te devolverá esos días cuando todo haya pasado. Pasas mientras todo pasa. Y por eso la música, y por eso los libros, y por eso el amor.

jueves, 3 de abril de 2014

teoría (gallinácea) del conocimiento

Se disipa el cercado que separa la verdad de la mentira o, mejor, no sabemos cuándo, pero hace tiempo que se disipó. Las cosas son las que son (la verdad es la que es), pero ¿las cosas son lo que nos cuentan que son (la verdad es la que nos dicen que es (y, en ese caso, ¿quiénes?, ¿cuándo?)?
Nos engañan, eso deberíamos recordarlo siempre, y nos engañan todos los pájaros con todos los pelajes. Nos engañamos, eso tampoco lo deberíamos olvidar nunca, incluso cuando nos hemos jurado ser sinceros con nosotros mismos.
Es decir, la verdad es lo contrario de lo que me dicen y lo contrario de lo que me digo...
Bueno, está claro que no es así. Quizá me aproximo más si admito que la verdad no es ni una cosa ni la otra, sino otra cosa. Admitido.

sábado, 29 de marzo de 2014

manual de bipedismo (artículo 1 (y único) e intransferible)

A veces, porque quiero, escribo aunque no quiera. Bien conozco yo esa inapetencia, es la misma que me ha acompañado desde siempre, la misma que gozábamos justo antes de que la Eva que todos llevamos dentro eligiera la manzana del árbol del conocimiento, allá por el Edén.
Cuando yo elegí ese árbol era mucho más joven que ahora, y las primeras páginas de mi primera lectura voluntaria me certificaron que la elección comportaba sudor y hastío y, quizá, dolor. Pero seguí, y a veces vuelve el enemigo que te quiere asno para siempre, y entonces recuerdo que leo y escribo y canto y bailo y lloro sin que tenga depresión, porque quiero, porque así lo elegí cuando, sin saber cómo ni porqué, elegí elegir.

lunes, 10 de febrero de 2014

el jardín de las delicias con fondo rojo

Yo no sé si es la economía, estúpido, o la política. Quizá la cultura, o la ciencia, puede que el arte. Quizá llevamos mal el paso de las generaciones y cada tanto hay que mandarlo todo a tomar por culo y comenzar de nuevo. Yo no sé si somos nosotros o si son ellos, o si todos a la vez o si, en realidad, no es nadie.
Si alguno de los Dioses que todavía mantienen su culto existiera, o si viéramos unas enormes cadenas ligándonos al fluir de los aconteceres, bueno, seríamos inocentes. (Eso no significa que ahora seamos culpables -si la libertad es lo que es, ¿quién puede ser, realmente, culpable?-, pero no somos inocentes).
La cosa es que toda la rabia y la violencia y los miedos y los gritos y la envidia y las mentiras continuadas y a todas horas y las verdades que no nos gustan están en algún sitio, acumulándose, poco a poco, hasta que, de golpe y sin saber cómo ni porqué, se liberen, y ya sabemos cómo comienzan y también cómo acaban esos ímpetus liberadores.

miércoles, 5 de febrero de 2014

un nosotros inexistente que sólo es un yo en proceso

Nosotros, los que escribimos en los márgenes del mundo un sinfín de notas a pie de página, soslayamos los tumultos que esta locura de cultura ha decidido como indicador de calidad para situarnos en un lugar lejano y nebuloso, ajenos a la búsqueda incesante de un nuevo lector. Sospecho que ustedes, como yo, saben que las circunstancias que te llevan arriba o abajo son independientes y caprichosas, y también que nada podemos hacer sobre ellas o, mejor, que nada queremos hacer sobre ellas, porque ya no somos suplicantes ni medradores, ya no mendicantes ni transformistas. Nos gustaría pensar que nos hemos liberado del placer insano que conlleva alcanzar púlpito o tribuna, y no, eso está fuera de nuestro alcance. De lo que nos hemos liberado es de continuar dando alimento al asno que todos llevamos dentro y que anhela eso, o estamos en ello.

sábado, 1 de febrero de 2014

la parada de Sísifo para el cigarro

Estancado en el proceso alquímico de la transmutación, si los blancos o los aires fueran materia convertible en palabras, que son siempre de oro. Machado simplemente hubiera escrito: "No escribo".
Entiéndase, escribo mucho, pero nada en mi última novela, que sigue cerrada en un archivo bajo esta pantalla, archivo que no abro desde hace meses. Es por el poco tiempo del que dispongo, me digo, pero sé que me estoy engañando, y entonces me digo que es verdad, que no tengo tiempo, y sé que eso también es mentira, y estoy a un solo instante de dejarme engañar con esa mentira, pero entonces suena Tom Waits, sonrío, y me digo que no escribo, es cierto, desde hace unos meses, también es cierto, pero ya escribiré, cuando quiera.

viernes, 10 de enero de 2014

en puerta de chiqueros, sentado y desarmado

"Que visquis temps interessants!" Esta era, nos dicen, una maldición proferida más allá de occidente, ya que "temps interessants", para ellos, eran tiempos de lucha y de dolor. Un amigo, este fin de año, me envió este mensaje: "Benvingut a temps interessants!". Sé que me quiere y también que desconocía la deriva oriental de esa expresión. En todo caso, este año va a ser interesante y, queramos o no, vamos a vivirlo. (Bien, podríamos pegarnos un tiro, pero eso sería como abandonar una partida de ajedrez tras la fase de apertura, o salirse del cine cuando la peli abre su trama).
Así que temps interessants... Pues que vengan.

lunes, 30 de diciembre de 2013

verdades que son mentira de un isleño de las llanuras

Todo se mueve a mi alrededor, como siempre, pero ahora parece que lo haga a un ritmo loco y nervioso que no consigue firmar un rastro, con lo cual todo se mueve a mi alrededor sin darme cuenta de nada. Desde este pequeño país que ha decidido irse, que ya hace años que se fue, hasta esta humilde entrada, que nace ya enterrada, pasando por el devenir de esta ciudad cada vez más extranjera o el cielo estrellado sobre mí, aunque sobre mí lo que hay es un yeso agrietado y unos ojos de un buey viejo y cansado, nada es lo que era ni ha seguido los escenarios que mi inmensa capacidad de prospección había dibujado.
La coherencia, llegados aquí, me obligaría a una serie de renuncias, por ejemplo a la reflexión, pero, en realidad, tampoco reflexiono tanto... En realidad no reflexiono nada, escribo muy poco y la conversación es un puto monólogo automitificante que ya no quiero oír. Habitante de isla, ¿cómo pretendes, entonces, captar algo de lo que sucede?  

jueves, 5 de diciembre de 2013

teoría del conocimiento sin conocimiento ni rubrica, y muda

Reflexionar, pararse a mirar lo que sucede cuando también, y sobretodo, eso que sucede me sucede a mí, nos sucede a nosotros, es infructuoso, en tanto que no aporta más que una dosis de verdad muy pequeña y, lo peor, manipulada a mi libre, y reflexivo, antojo. La falacia de poner distancia, el esfuerzo por distanciarse a mirar cuando no hay distancia en absoluto entre eso que sucede y yo, y nosotros. Por eso el conocimiento no es tal, por lo menos si tiene algo que ver -que parece que sí- con conocimiento de lo Real.
Ahora podría hacer como Descartes y sacarme, casi lo hago, un conejo de la chistera, pero basta de impostura. Hay que conformarse con ese conocimiento parcial y maquillado, y bueno, dejar la Verdad en otro plano, sólo accesible para otras especies y, cómo no, para el ejército de papanatas que ya nos ha vencido y que ahora, además, quiere que firmemos nuestra derrota.
Y no, yo no firmo. Ni, por cierto, les canto mi canción.

jueves, 31 de octubre de 2013

principio de intransferencia de la literatura (o de eso que escribimos)

La palabra que todavía no tiene un lenguaje por el que expresarse, acaso sea esa la que uno busca a veces con más ahínco a veces con menos. La palabra que plasme de un guantazo el runruneo que uno siente dentro desde siempre. ¿Un sentido?
Un sentido. ¿Descubrirlo? ¿Moldearlo? ¿Construirlo? ¿Inventarlo? Una palabra, una frase, un párrafo: un relato. Hablamos de un relato, hablamos de literatura, personal, intransferible -es un acto comunicativo, sí, quizás interesante, puede que ameno, pero sólo es interpretable, y a veces ni eso, para el que lo narra.
Cantamos nuestra canción a quien con nosotros va, pero con uno sólo va él.

martes, 15 de octubre de 2013

confesión clara con un oscuro y sobrevenido desenlace

Escribir complejo porque no se sabe escribir fácil, eso merece la absolución. Escribir complejo porque utilizamos este arte para simular enjundia, profundidad, calado, eso merece el desprecio. Yo me absolví durante mucho tiempo con la excusa de la búsqueda de una forma, un estilo, una manera de decir única e intransferible. En realidad disfrazaba mis frases como si fueran a camuflarse en una falsa jungla con unos falsos habitantes, y hoy quiero dejar de hacerlo, y escribir, por ejemplo, que la voluntad es más fuerte que la naturaleza, y que una excusa sólo demuestra cuan lejos estamos de saberlo (si esto es complejo, lo es por incompetencia, lo juro).
Es decir, dejad de compadeceros, o haced lo que os dé la gana, si os gusta miraros sollozando ante el espejo. A mí no.  

sábado, 5 de octubre de 2013

dejándome al cuidado de azucenas olvidadas

El suspiro, el anhelo de efímeros estados de lucidez para mejor ver, o, mejor, más correcto, para ver otras cosas, o la misma cosa desde otro lado, pero lucidez, lucidez, lucidez. Aunque... ¿cómo seguir, entonces, compartiendo y alimentando la unánime estupidez de esta sociedad, cómo seguir vistiendo la dosis obligada de hipocresía, cómo hacerlo cuando hemos visto sin su velo, aunque efímeramente, eso en lo que nos hemos convertido y que no se parece en nada a eso que alguna vez soñamos que seríamos, seres imperfectos y conocedores de su imperfección, seres en camino, que vienen de una vaga bruma y que van hacia una bruma vaga, más sabios o, lo que es lo mismo, menos tontos?
Es decir, ¿para qué la lucidez? ¿Por qué su anhelo? ¿De qué te sirve verte gritando junto al grito cotidiano?...
...Uhmmm, de nada, o sí, para escribir una entrada en el blog, no sin cierto dolor.

sábado, 14 de septiembre de 2013

un adéu sin condimentos adicionales

Podemos reflexionar sobre las razones que nos han traído hasta aquí, qué causas se esconden en el inconsciente colectivo que expliquen la muestra de fervor popular que se produjo en las calles de este pequeño país que se llama Catalunya durante la celebración de su Diada, esa muestra de desafección, ese adéu mayúsculo y unánime que se gritó desde sus plazas. Pero eso lo harán los historiadores, y si alguno de ellos es, además, escritor, buscará cuál fue el punto cero, el lugar exacto de inicio de esa desafección, cuándo se abrió el primer punto de la grieta o si, en realidad, no hay fractura porque nunca hubo unión.
La cuestión no es cómo hemos llegado hasta aquí, sino cómo vamos a salir de aquí y si va a haber voluntad de hacerlo y de hacerlo buenamente, como personas civilizadas. Pero no somos personas civilizadas, y si estábamos en camino, la sacralización de viejas ideas y la demonización de nuevos modelos lo ha cerrado con barricadas.
Así que, llegados a  este punto, estarán de acuerdo conmigo en que vienen tiempos apasionantes. Abran los ojos, respiren profundamente... vívanlos.

viernes, 6 de septiembre de 2013

tautología de la dicotomía

Es difícil volver cuando uno, en realidad, no se ha ido. Estar de vacaciones, en realidad, no es estar de vacaciones. Puede que cambien las circunstancias que te envuelven y hasta el paisaje y la gente y los ruidos, los olores, las ropas que vistes, y puede que hasta hayas recuperado sonrisas que creías olvidadas. Ni siquiera esas lecturas que has abordado con más detenimiento o esas páginas que has escrito con la libertad de noches que no se acaban... Eh, es cierto, las noches y las palabras se han hermanado por unos días oscureciendo todo rastro de amanecer anunciado por las ventanas y eso, joder, eso es realmente maravilloso. O sea, estar de vacaciones, en realidad, es... no tener reloj al que mirar y por eso es difícil volver, claro, porque, en realidad, sí que te has ido, y muy lejos, tan lejos como puede irse una frase que has estado a punto de sacar y que se ha escondido allá donde se esconden todas las cosas que desaparecen ya para siempre.